Educacion Del Libertador
Este sencillo ejemplo nos pone ante dos preguntas fundamentales. Cuando damos una indicación más o menos exigente, ¿a quién se la estamos dirigiendo? Cuando damos una norma"educativa" a un hijo o a un alumno, ¿qué proyecto le estamos transmitiendo?
La respuesta a la primera pregunta puede ser fácil. Mandamos, educamos, dirigimos, a hombres, niños o niñas, adolescenteso jóvenes, y no es extraño que algún adulto también pretenda orientar a otro adulto hacia el camino "correcto", hacia la vía de la civilización y el buen gusto. ¿No busca eso el médico que intentaalejar del tabaco a su cliente que sufre de problemas de corazón? La indicación que ofrece no es sólo un "quisiera", sino que desea, con todas las fuerzas de su saber médico y de su compromiso en ayudaral enfermo, que la indicación sea llevaba a cabo en vistas de un bien mayor.
Resulta mucho más compleja la respuesta a la segunda pregunta. Cada orientación pedagógica apunta a una metaconcreta. En el ejemplo que abrió estas líneas, los primeros papás tenían un proyecto de tipo higiénico; los segundos, una idea estética; los terceros, un deseo de ver al hijo con hábitos aceptables enel mundo de los adultos; los cuartos, quizá no sabían exactamente lo que querían...
Algunas corrientes pedagógicas se preocupan de modo especial por la educación para un mundo pluralista.Se dan cuenta de que hoy vivimos sometidos a muchos modelos, que circulan en el mercado muchas ideas, que no todos piensan del mismo modo. Y alguno se siente tentado a no dar indicaciones que puedan...
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