Educacion En Valores
JENNIFER DELGADO SUÁREZ Universidad de Cienfuegos, Cuba
Introducción
Las vertiginosas transformaciones científico-técnicas, la revolución informativa y los nuevos retos que se les plantean a los profesionales en los diferentes ámbitos laborales en los que se insertan hacen imprescindible eldesarrollo de un proceso que garantice su superación permanente. El postgrado, tanto como superación profesional o formación académica, cobra nuevas fuerzas en aras de potenciar una redimensión del conocimiento que satisfaga las diferentes necesidades sociales a través de la solución de los problemas contextuales. Sin embargo, resulta curioso como el énfasis de la dinámica postgraduada se ubica en laredefinición cognitiva y en el desarrollo de nuevas habilidades y competencias, sobre todo aquellas relacionadas con la investigación, mientras el área axiológica se mantiene silenciada, quizás debido a que primero resulta imperioso reconceptualizar la propia frase: “formación de valores” construyendo una terminología más cercana a las peculiaridades de este proceso educativo. La formación de valoresconstituye, en el mejor de los casos, una preocupación desplazada hacia el pregrado y aunque actualmente se han promovido nuevas miradas críticas hacia este fenómeno que condenan de manera severa la praxis de la pedagogía escolástica, subsiste una pregunta: ¿Existe una edad límite para la formación, desarrollo y potenciación de los valores? Una investigación realizada con docentes cursantes dediferentes modalidades de postgrados arrojó que el 41.34% de los mismos considera que los valores se forman en edades tempranas por lo que resulta inoperativo trabajarlos en la universidad, mientras que sólo un 9.61% refiere que la formación de valores es tarea que atañe a todos los profesores con independencia del campo disciplinar y la etapa evolutiva en la que se hallen sus estudiantes (véaseGonzález, V., 2000). Estas cifras ratifican la existencia operativa de concepciones erróneas en los profesores en relación con la formación de valores, hecho que conduce a la vigencia de modelos educativos coercitivos de la imprescindible flexibilización valórica. Sin embargo, si se comprende que en el establecimiento de una relación interpersonal, en el intercambio de subjetividades, es imposible nocomunicarnos como personalidad, entonces al proceso educativo, en cualquiera de los niveles en que tenga lugar, le es inherente la intercomunicabilidad de valores y la educación de postgrado no constituye una excepción de esta regularidad. Por supuesto, el trabajo con los valores en la educación postgraduada adquiere matices diferentes que vienen dados en gran medida por las peculiaridades de laetapa evolutiva pero debe aclararse que en modo alguno el período ontogenético constituye un impedimento para la potenciación del valor sino que,
Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
n.º 42/5 – 25 de abril de 2007 E DITA : Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)
Jennifer Delgado Suárez
precisamente a partir los nuevos nivelesde autoconciencia, pueden promoverse cambios personológicos cualitativos. No obstante, el cómo llevar a cabo la educación de valores es una cuestión polémica que se mueve desde el relativismo axiológico hasta la imposición acrítica. Ante esta diversidad de tendencias es necesario adoptar una posición cautelosa dinamizada por la convergencia creativa porque sin lugar a dudas, tanto el modelo deeducación basado en el enfoque sociologista de Durkheim como la práctica de la clarificación de valores desde la hipersubjetivización de los mismos, presentan resultados prácticos innegables. Debido a esto, el análisis acerca de la utilidad de uno u otro modelo rebasa la simple comprensión del efecto final para moverse a implicaciones éticas mucho más profundas y de carácter procesual: ¿Hasta qué...
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