Educacion Inclusiva

ENSAYO

¿Qué relación existe entre el reconocimiento del otro, el discurso y la educación?

Durante el recorrido que siempre hago desde mi casa al colegio, tanto de ida como de vuelta, me encuentro sin querer con mucha gente o en términos de Lévinas muchos rostros. Alguna vez me había puesto a pensar sobre ese otro, semejante a mí, pero muy distinto a mí. Mis reflexiones apuntaban aencontrar lo singular de esas personas y lo común que tenían conmigo. Pero hoy, al leer los textos sobre alteridad, el cuidado del otro y el rostro del otro, me animo a continuar con mis cavilaciones y dejarme llevar por la posibilidad de sentir al otro como un ser único, muy particular pero que pertenece a un todo llamado humanidad.

Mis reflexiones se enmarcan dentro de un contexto educativo dado quemi profesión es la de docente, y desde ahí, surge mis inquietudes, cómo en mi diaria labor de educadora reconozco al estudiante como ese otro diferente a mí, que en sus conductas y modos de pensar me interpelan? Qué tipo de discurso transmito en calidad de educadora?

Par iniciar a esbozar algunas ideas sobre estas preguntas parto de lo expresado por Lévinas: “El otro en cuanto otro no es aquíun objeto que se torna nuestro que se convierte en nosotros; al contrario ,se retira en su misterio[...]El otro no es un ser con quien nos enfrentamos, que nos amenaza o que quiere dominarnos[...]La relación con el otro no es una relación idílica y armoniosa de comunión y una empatía mediante la cual podemos ponernos en su lugar; lo reconocemos como semejante a nosotros y al mismo tiempo exterior:la relación con otro es una relación con un misterio”[1]así es, ese estudiante que llega al salón y se sienta, me mira, toma nota, pregunta, habla con sus compañeros, se disgusta o hace bromas, ese estudiante representa múltiples caras o rostros con sus historias de vida singulares o parecidas, pero que lo desconozco en su ser. Qué se de él?, Que representa un código, que es llamado por unnombre, que se caracteriza por ser buen estudiante o no, que es tímido, alegre, sentimental, malgeniado, egoísta, en fin, todo eso que se de él, para qué me sirve? Eso me ayuda a verlo, valorarlo y tratarlo como persona diferente e igual a mí en lo humano? A veces sí a veces no. Ese conocimiento me obliga a tratarlo de manera especial o igual a como trato a las personas que me encuentro en la buseta?Es un planteamiento ético que lo resuelvo en ocasiones desde mis estados de ánimo y mis subjetividades de preferencias o no.

Ese estudiante que me interpela con su participación o su comportamiento, en ocasiones lo trato como objeto, lo veo y lo siento vacío y sin sentido, todo porque no responde a mis necesidades y expectativas de aprendizaje y de comportamiento. Porque quiero un estudiantemoldeado a mi capricho y ajustado a mis intereses, totalmente alienado a mi mundo y a mi forma de ser, que sea bueno y obediente. También, en otro momento lo siento mi enemigo, es decir, contradiciendo y haciendo todo lo opuesto a lo sugerido por mí. Un ser que amenaza mi nombre y mi autoridad, que puede maltratarme y tomar mi lugar. Con todo ello, no quiero hacer ver al estudiante-ese otro con elque trato diariamente- como un ser indeseable e incomprendido, por el contrario, lo reconozco como un ser semejante a mí pero diferente. Esa diferencia es la que lo hace único y hace del encuentro una relación totalmente misteriosa, tal como lo plantea Lévinas.

Misteriosa si, por que cada encuentro que tengo con un grupo de estudiantes es diferente. Tal vez, lo que tenía preparado para hacer odecir, no lo haga por que el instante del encuentro me obliga a actuar de otra manera, ese encuentro es impredecible, no maneja agenda ni guión. Es libre y abierto a todas las posibilidades de reacción y emoción.

La relación con los estudiantes no es siempre desde lo deseable, armoniosa, tranquila y pacífica. Muchas se enmarcan desde esa lógica otras no. Y no es porque no se quiera o se desee,...