Educacion moral en el aula
Se trata de cómo mirar y observar la vida moral del aula sin moralizar, redirigiendo la mirada de los observadores, como artistas que muestran y aprecian los significados y valores de las expresiones de acciones o hechos. Los autores adoptan un deliberado propósito demantenerse en un plano descriptivo, sin deslizarse por escurridizos caminos prescriptivos, por lo que “no debemos esperar que de este enfoque surjan recetas prácticas” (p. 286), declaran. De ahí que, contra lo que suele ser habitual en libros sobre educación moral, renuncien a propuestas normativas o curriculares sobre cómo debía ser la educación moral. Además, operan con una segunda restricción:limitarse a la observación de lo que pasa, sin preguntar a los docentes sobre lo observado, evitando que tuvieran que justificar los hechos. Esta posición pretende, al tiempo, restringir las observaciones a lo efectivamente visto u oído, colocando al observador en una perspectiva más cercana a la vivida por los alumnos, que tampoco suelen preguntar a sus maestros el por qué de sus actuaciones. Si lasobservaciones etnográficas precisan de una hermenéutica que les de sentido y significado, de ellas no se deducen directamente guías sobre lo que deba hacerse moralmente. No obstante, incrementar la sensibilidad y el conocimiento de la vida moral del aula, inevitablemente, lleva a que el profesorado tenga presente dichas dimensiones en su práctica docente.
Jackson, Boostrom y Hansen ponen demanifiesto cómo todo proceso interactivo de las aulas y centros, desde niveles más explícitos a implícitos, es intrínsecamente una actividad moral, no tanto por los contenidos que se enseñen sino por la forma misma como se regulan y expresan. Al describir etnográficamente las percepciones de la enseñanza por los profesores se manifiesta hasta qué grado están repletas de consideraciones morales. Se ven así mismos como modelos de buena conducta y como guías en el arriesgado terreno moral. Los docentes, aun sin ser conscientes de ello, siempre son educadores morales. Sus comentarios en clase, sus maneras de organizar la clase, conducta, modos de tratar o evaluar a los alumnos, etc., implícita o explícitamente, educan en valores y actitudes, como han mostrado los análisis sobre el “currículumoculto”, del que Jackson fue iniciador. Por eso más vale planteárselas crítico-reflexivamente, que dejarlas al arbitrio del azar, siempre reproductor de las relaciones sociales vigentes.
En la Primera parte (En busca de la moral: una guía para el observador) establecen una guía de observación, a modo de taxonomía de categorías de influencia moral dentro de las aulas. Se trata de ofrecer sugerencias sobredónde buscar la moral y, en particular, perspectivas sobre el modo de observar las implicaciones morales en la trama del aula, más allá de lo explícito. Un primer conjunto comprende cinco categorías expresamente morales, como intentos deliberados de promover la educación moral: la educación moral como una parte formal del currículum, la educación moral dentro del currículum, rituales y...
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