Educacion y man dura

Décadas atrás la enseñanza de la lengua castellana se centraba en la memoria y la práctica de la escritura y la lectura. Era muy cotidiano que se hicieran extensos resúmenes con cuadros que ayudarana memorizar autor, protagonistas, antagonistas, lugares y tiempos de por lo menos unos 10 libros que se tendían a leer al año en un undécimo grado promedio. ¿bastante, no?. En cuanto a la escritura el“dictado” era muy cotidiano con su respectiva “plana” de palabras mal escritas. No solo en el aula de clase se tenía especial cuidado por lo “bonito” de presentar un trabajo escrito sino que en casauna madre juiciosa y orgullosa, arrancaba la hoja cuando la tarea no estaba al agrado de su sutil gusto estético y ni se diga de mapas o planchas a tinta china que daban a la basura. ¿exagerado?.Podría ser una afirmación a la última pregunta, pero el caso es que nuestros abuelos y madres aun guardan de esa educación “tradicional” recuerdos gratos de esfuerzo, calidad y entrega que en la vidapráctica aun son manifiestas.
En mi primer trabajo como docente la tecnología ya era más cotidiana y un computador comenzaba a ser ya un electrodoméstico en los hogares; así que las labores que meentregaban mis estudiantes tenían un peso en contenido bastante fuerte, es decir, ponía especial cuidado en el qué, pero que sorpresa cuando trabajos hechos por procesadores de texto contaban con unaortografía pésima y una presentación visual deplorable. ¿Cómo, me preguntaba, con tecnología de vanguardia y no la usaban?
La cosa se puso más preocupante cuando teniendo más tiempo para hacer cosas, losestudiantes manifestaban más pereza hasta para ver cine o documentales con respecto a temas o para evitarles la lectura de novelas extensas o documentos complejos. Estos estudiantes, decía, son hijosde lo audiovisual, del pensamiento disperso y que por ello se crearon programas de toda índole para que algo les interesara.
Después de esta experiencia he retomado esa educación tradicional que...