Educacion

La educación como defensa de la vida

Federico Reyes Heroles
La pregunta que da vida a estas notas, es tan provocadora como útil. En pleno final de milenio, en plena inauguración de la esperanza calendárica, bien cabe preguntarse: ¿sirvió de algo la educación? Las guerras entre Estados-Naciones no cesan, e incluso reciben la bendición del máximo órgano para dirimir conflictos creados porel ser humano. Los conflictos entre seres abrazados por las mismas fronteras se incrementan; los enfrentamientos interraciales, religiosos, interétnicos hacen fila en la memoria individual y también lo hacen para aparecer en los noticiarios. Es cierto que, de acuerdo a un conteo reciente de The Wall Street Journal, por primera vez en la historia escrita poco más de la mitad de los seres humanosviven (vivimos) bajo regímenes democráticos. También lo es que muchas de estas democracias tienen pies de barro. En esas sociedades todavía no se asientan valores democráticos, son mascaradas.

Los enfrentamientos hijos de la intolerancia no sólo no aminoran, sino que parecieran incrementarse. El horizonte es de claroscuros, hay nubarrones. Y la educación, ¿dónde quedó? Fue acaso unesfuerzo banal. Seremos ilusos al creer que en ella radica parte de la solución a nuestras vergüenzas y tragedias. Las confrontaciones no sólo ocurren en países con bajos niveles educativos. Con algo de gratuidad y también de pereza mental podría uno suponer que ignorancia y belicosidad son hermanas siamesas. El asunto es más complejo. Viena y París son capitales de la cultura universal y tambiénde la intolerancia, de la xenofobia, de la violencia educada. La Alemania nazi era orgullosa portadora de altos niveles educativos.

Si retomáramos la visión cínica y preguntáramos, con tono displicente, ¿educar, para qué?, encontraríamos, por desgracia, muy buenos argumentos que parecieran indicar que la educación no hace gran diferencia. El riesgo de este camino es que calificamos todocomo relativo. Conclusión: da lo mismo, vamos. Pero ello es falso. La chapucera complejidad humana huye de los extremos. Allí sería una presa demasiado sencilla. No da lo mismo y ésa quizá sea la respuesta inicial a la que conduce la airada pregunta. Veamos entonces por qué no da lo mismo.

En primerísimo lugar está la vida. Suponemos que existe una premisa compartible: defender la vida,sí, la vida por sí misma. Es un axioma políticamente correcto, aunque en ocasiones sus consecuencias nos incomoden. De ser aceptada la aseveración en el plano axiológico, valorativo, resulta que la educación es uno de los mejores instrumentos para preservar la vida. Las correlaciones son directas. A mayor nivel educativo de la madre, menor tasa de mortalidad infantil. Lo mismo vale para lamortalidad materna. Aún más evidente y molesto: en lo general, a mayor nivel educativo mayor esperanza de vida. incluso pareciera haber un punto de quiebre: con menos de cinco años de escolaridad materna en promedio, la mortalidad de infantes se multiplica. Las zonas indígenas de nuestro país son un ejemplo doloroso de ello. Educar para proteger la vida no es una afirmación retórica, es elresultado del más simple pragmatismo. Pero hay más.

La humanidad verá crecer sus numerosos totales de manera dramática. La convivencia será cada vez más forzada, obligada. La interacción humana se tensionará simplemente por cuestiones de espacio. La perniciosa idea del Lebensraum puede revivir en cualquier momento. De 6 000 millones pasaremos a los doce mil en un periodo 20 veces más breve delque le llevó a la humanidad para arribar a la primera cifra. Allí surge otra de las misiones de la educación. A pesar de todas las críticas que se esgrimieron contra ella en el siglo XIX y parte del XX, la expresión "conciencia" resulta útil. Si la expresión "conciencia" de clase condujo a la erección del sujeto histórico, del elegido con derecho de aplastar a los otros, la expresión...