educacion
María Antonia Gallart
Artículo extraído del Boletín Educación y Trabajo
Red Latinoamericana de Educación y Trabajo CIID - CENEP
Año 7 - Nº1 - Buenos Aires - Junio 1996
Introducción
La vinculación con las realidades del mundo laboral siempre ha sido
considerada fundamental en la formación para el trabajo, particularmente la relaciónentre los centros educativos y de formación y las unidades productivas que ocupan a
sus egresados. Sin embargo, implementar esta relación no ha sido fácil; iniciativas
tales como los comités de vinculación o los consejos con participación de docentes y
empresarios suelen fracasar. La escasez de vínculos entre los centros educativos y las
empresas es una de las causas de las frecuentes críticas ala educación técnica y la
formación profesional, señalándose la tendencia de las organizaciones educativas a
responder a esquemas a priori, provenientes de la estructura de las disciplinas
académicas; a definiciones superadas de oficios o puestos de trabajo; a la visión de
docentes alejados por largo tiempo del mundo de la producción; o, peor aún, a las
necesidades de preservación deestructuras institucionales obsoletas. En el mismo
sentido se encamina el rechazo actual a la formación de "oferta", señalándose que si
la formación se articulara más directamente con la "demanda", la actualización
permanente tan necesaria en épocas de cambio tecnológico, globalización y mercados
de trabajo complejos sería mejor.
Por otro lado, si se aborda esta cuestión desde la educación formal engeneral,
se reconoce que la falta de relevancia de mucho de lo enseñado en las escuelas, la
tendencia al enciclopedismo y a la memorización descontextuada, los altos índices de
deserción o la heterogeneidad de los resultados del aprendizaje, plantean la necesidad
de una mejor inserción de la educación escolar en el mundo que la rodea, y la
posibilidad de aprovechar las oportunidades deaprendizaje presentes en el ambiente
externo, que permitan superar esos problemas.
La articulación entre unidades formativas, sean escuelas o centros de
formación profesional, y
centros de trabajo (tales como empresas industriales o de servicios, municipalidades,
etcétera) suele señalarse como una solución "mágica" que permite la realimentación
entre el mundo del trabajo y las políticaseducativas. Esto hace que sea conveniente
explorar esta relación, indagar acerca de por qué esta colaboración puede ser útil, por
qué es tan difícil, cuáles son sus limitaciones y cuáles son las formas en que ha sido
implementada en la vida real.
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Las razones de la vinculación
Las razones de la conveniencia de la articulación pasan por las potencialidades
y limitaciones que cada una de estasrealidades organizacionales -la institución
educativa y la organización productiva- tienen para el proceso formativo de una
persona. La escuela y, en general, toda institución organizada para desarrollar un
programa formativo a lo largo de un período de tiempo prolongado, tiende a una
permanencia organizativa que adquiere formas pseudo-burocráticas; su división del
trabajo toma característicasespeciales alrededor de la relación pedagógica educadoralumno; su estructura curricular tiene una fuerte impronta académico-disciplinaria;
el encadenamiento vertical -en el caso de la educación formal- hace que los niveles
superiores influyan en los objetivos de los niveles intermedios, aunque para muchos
estudiantes estos sean terminales. Todas estas características favorecen el
vaciamientode contenidos significativos en la educación media en paises en los que la
misma está fuertemente orientada hacia los estudios universitarios.
La empresa, si bien es por definición el locus de las tareas productivas y por lo
tanto del aprendizaje en el trabajo, tiene dificultades para adaptarse a un rol educativo
más amplio, y esto fundamentalmente por dos razones. La primera es que sólo le...
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