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Por otra parte, en el desarrollo del pensamiento, y mejor aún, dentro del lenguaje filosófico, el uso generalizado del concepto de valor es reciente. Comenzó a darse a partir de Nietzsche y de la fenomenología, de la cual nace precisamente “La Teoría de los valores” de Scheler y Hartmann(2). Losgriegos, por ejemplo, no hablaban de valores, no porque fueran ajenos al mundo del valor, sino porque ellos pensaban concretamente en “bien”, “justicia”, “verdad”, etc. fundidos y entrelazados unos con otros, y además estrechamente vinculados y fundidos a la noción esencial de “virtud” o “areté”. Por lo tanto ni los griegos, ni la tradición metafísica que arrancó de ellos, pensaron los valores comocualidades separadas o separables, sino como cualidades inherentes a las cosas mismas, fueran estas humanas o no humanas, de tal manera que lo que para nosotros hoy podrían ser valores, en muchos sentidos ellos los identificaban con el “ser” mismo.
Con la crisis moderna y posmoderna de la metafísica, entra naturalmente en crisis la noción de “ser en sí “ o “por sí”, como también la idea de quelos valores se asimilan al ser, cuestionando, naturalmente, la objetividad, la universalidad y la eternidad de los valores. Ahora el centro de actividad en todos los órdenes se pone en el hombre mismo, y no fuera de él, relativizándose así el horizonte ontológico del ser. O como bien dijera Martín Beber, “finalmente todo lo que se halla frente a nosotros, todo lo que se dirige a nosotros y tomaposesión de nosotros, toda participación de la existencia, todo se disuelve en una flotante subjetividad”(3). Pero todo no es malo en esta crisis. No hay duda que el fundir y confundir “ser” y “valor” tenía el serio problema de absolutizar los valores, de tomarlos como verdades inamovibles, además llevaba al antropologismo y axiologismo del ser, cualificando las realidades de “buenas” o “malas”,cualificación que empañaba la visión objetiva de lo humano, o terminaba absolutizando el valor religioso o teológico, como sucedió en la cultura de la Edad Media.
La modernidad defenderá la autonomía de todas las esferas del valor. Verdad-error; belleza-fealdad; bien-mal. Hoy por ejemplo, se defiende, entre otras cosas, la autonomía del arte, el cual no es ni bueno ni malo, sino simplemente “bello”o “feo” (“arte” o “no arte”), puesto que las categorías estéticas van mucho más allá de los conceptos de “belleza” o fealdad”.
El debate apunta a mostrar la relatividad de los valores, relatividad que ya empezó a ser planteada por Montaigne en sus Ensayos cuando dice: “¿Qué clase de valor es este que con sólo cruzar las aguas de un río se convierte en su contrario?”(4) Son sin duda incontableslos ejemplos que podemos argüir para mostrar la pluralidad, relatividad, y temporalidad de los valores humanos. Pero esta indudable relatividad del valor nos ha llevado a los más extraños y peligrosos relativismos y psicologismos, pero dio también pie a un nuevo desarrollo de la Filosofía, enfocada hacia una nueva búsqueda de fundamentos para la ontología y los valores, naciendo así una nueva...
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