Educacion

Profesorado de Historia

Psicología Educacional

Docente: Paola Martinek

Primer parcial

Alumno: Aníbal Adrián Fernández

Fecha de entrega: 30 de Octubre de 2013

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Situación problemática

Otro día en el aula…

El profesor N llega al aula. Ya ha sonado el timbre que indica que la clase debe comenzar.
Solo cuatro alumnos se encuentran dentro. Revisa el parte de asistencia.Observa que hay siete
ausentes de un total de veinte alumnos.
Se asoma al pasillo. Observa alumnos varios entrando y saliendo de los baños. Otros
caminando por el corredor. Un preceptor que de buen modo intenta convencerlos que ingresen
a los salones.
N espera. Ha saludado a los pocos alumnos que estaban en el aula y a los que van llegando.
Alguno se acercó para consultar sobre la tarea de laúltima clase. N le responde que, cuando
estén todos, dará las explicaciones del caso.
Al cabo de unos minutos, hay once alumnos en el aula. “Faltan dos…”, piensa N. Pero la
alumna G le avisa que ya nadie más llegará. Hay dos que se han retirado con anticipación,
aunque ello no conste en ningún lado.
El profesor N se apresta a comenzar su clase. Ordena algunas cosas a la espera que sus
alumnosterminen de acomodarse. Se para frente a ellos. Hay tres alumnos sentados en sus
bancos. Dos sobre las mesas. Una está peinando a otra, mirando ambas hacia la ventana, sin
prestar mayor atención a lo que sucede. Los otros cuatro sumergidos en las pantallas de sus
computadoras.
N se pregunta si será este el momento adecuado para el peinado. Se cuestiona si los que se
han sentado sobre lasmesas buscan una mejor visual de la clase. Intenta imaginar qué será lo
que muestran las pantallas. Se siente intimidado por las miradas de los tres alumnos que se han
ubicado a la manera “tradicional” y parecen cuestionar su capacidad de “imponer autoridad”
sobre el curso.
Pese a ser una situación diaria, a N todavía le cuesta acostumbrarse. Lo ha comentado con
algún profesor más experimentado,pero las respuestas de “no le des bolilla a eso…” no lo han
conformado.
Intenta saludar nuevamente y pregunta cómo ha ido la semana… cómo vienen con las
materias… trata infructuosamente de generar empatía. No hay más remedio: debe comenzar
con la clase. Tres alumnos consultan. N da explicaciones para todos. Uno de los que estaban
sumergidos en las computadoras levanta por fin la cabeza, yhace un planteo diferente a lo que

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se venía exponiendo. N se alegra en la esperanza que ellos están siguiendo la clase, aunque ya
no habrá más intervenciones.
Los que al principio estaban sentados sobre las mesas, han descendido a las sillas. Cruzaron
sus brazos sobre las mesas y apoyaron sus cabezas en ellos. Parecen dormir. N sabe que uno de
ellos trabaja por las tardes, de maneraregular. Entiende el esfuerzo que hace por asistir a
clase. En más de una oportunidad lo ha alentado a continuar. El otro simplemente duerme, vaya
a saber por qué.
La clase va llegando a su fin. N piensa en la distancia que lo separa de esos jóvenes. En lo
poco que los comprende. Se resiste a la realidad de que solo dos o tres sigan las clases y
realicen las tareas. Pero también se cuestionaotras muchas cosas. Los por qué y para qué de su
tarea. Además de las condiciones de su trabajo… su remuneración… los sueños que ha dejado
en el camino.
No obstante, N sabe que su tarea no es la más ingrata. Comparte conversaciones con otros
profesores que marcan realidades mucho más difíciles en otras escuelas. Violencia… drogas…
alcohol. Juntos se han preguntado más de una vez cómo encauzar aesos estudiantes cuyas
familias jamás se han acercado a la institución, pese a las reiteradas citaciones. Se quejan de
que el sistema disciplinario esté totalmente desarmado, aunque también entienden que la vieja
disciplina escolar “ya no hace mella” ni en los alumnos ni en sus familias.
El año comienza a terminarse. Pese a los videos… las películas… los trabajos grupales y
decenas de...