Educación y sujeto: perspectivas en un mundo globalizado

Educación y sujeto: perspectivas en un mundo globalizado
Por: Neil Palacios Fernández

Universidad de Antioquia - Instituto de Filosofía

1. ¿Cómo concebimos la educación?

Charles Taylor, en su obra “Las Fuentes del Yo”1, en su defensa de una ontología de la moral, propone una reflexión respecto a los marcos referenciales que están entretejidos en la trama de nuestras vidas. Contrario ala pretensión reduccionista, propia de la sociobiología, hay, por así decirlo, significados y concepciones de la vida buena que no pueden ser reducidas a meras estrategias evolutivas, ni merecen ser atacadas por el solo hecho de ser suscritos al interior de las comunidades y que en buena medida pueden no corresponderse con concepciones del bien, más cosmopolitas y coherentes con discursos conpretensiones de ahistoricidad y universalidad. Desde una perspectiva del reconocimiento, nos dice el autor, las personas pueden ser seriamente vulneradas si no son reconocidas en su especificidad, en las distinciones cualitativas en las cuales entretejen sus significados y alcanzan a ser múltiples yos.

La directa consecuencia de este precedente, es establecer la indisoluble correspondencia entre laidentidad y la moralidad. Somos “yo” tan sólo en la urdimbre de gustos, apetitos, preferencias, valoraciones, todos ellos intersubjetivamente construidos y con la insoslayable mediación del lenguaje. De aquí, y en cierto sentido, contrario a lo postulado por el derecho natural, que nos sea preciso determinar que nuestro actuar se corresponde con nuestros modos de construir la moralidad. Lo moralentendido como un espacio artificial edificado sobre las bases de nuestra historicidad, de nuestro mundo social y el cual termina finalmente por convertirse en nuestra segunda naturaleza. Es un mundo construido simbólica y materialmente frente al cual pretendemos recrear, significar y resimbolizar lo establecido. Por ello nuestra intención de poner a circular significados, valoraciones y lo quedenominamos como bienes de la cultura y la sociedad. Todo esto no es más que el resultado de este constructo de identidad entrelazado con la moral, que se consolida como nuestra razón de actuar.

La educación adquiere su rol en este lugar. Educamos con el propósito de replicar una serie de bienes morales que no provienen del medio natural2 y que hemos definido desde el proceso de construcción denuestras propias identidades. Esta es la razón de la intencionalidad del acto educativo, caso en el cual, estaríamos ya hablando de “Pedagogía”.

Desde esta óptica, es evidente que una cierta teleología acompaña toda forma de educación como búsqueda intencionada del bien moral. No en vano, la recurrente terminología que acompaña a los Proyectos Educativos Institucionales, donde expresamente sedefinen una misión, visión, objetivos y, expresamente, un componente “teleológico”. Lo problemático de esta acepción, no es que necesariamente haya una moralidad al interior de lo que se busca con la educación. Es connatural a la educación misma estar sustentada en determinado núcleo moral y despojarse de él implicaría abandonar su propio sustento; sería dejar aquello que le da sentido y razón asu quehacer. Renunciar a una moral es al mismo tiempo renunciar a lo que nos constituye y nos da sentido como individuos y como comunidad.

La principal “molestia” contra este principio proviene de una forma de interpretar al pensamiento liberal, desde la cual, se considera que es necesario vaciar de contenido las propuestas políticas, si no se quiere vulnerar los derechos y las libertades delas personas. Más allá del discurso de la ilustración, del cual, podría afirmarse, es la sustitución de la fe religiosa por la fe secular en la razón, una perspectiva contemporánea para constituir sociedades ordenadas y estables3, donde ninguna concepción del bien debe ser impuesta sobre las demás y donde se nos hace un llamado a la constitución de “lo público”, se sugiere sobre la base de...