Educación

Fin de la educación (páginas 88 a 90)

En la introducción y fundamentación de la doctrina educacional dadas hasta ahora, se ha mostrado claramente el fin de la educación schönstattiana, de manera que solo nos resta formularlo. La fórmula más conocida y más breve es: el hombre nuevo en la nueva comunidad.
Es cierto que de esta breve afirmación no se puede deducir su contenido total. ¿Qué quieredecirse con la expresión “hombre nuevo”? En primer término, “hombre nuevo” expresa el mismo sentido que le da San Pablo: “Alter Christus” o el hombre configurado en Cristo. En la visión de Schönstatt -esto también es nuevo- tiene un carácter mariano, es decir, según la imagen de María está unido a Cristo con Ella, y como Ella, la cooperadora de Cristo, está animado de un espíritu apostólico yconciencia de su misión para nuestra época. Tendríamos que llamarle un hombre mariano en Cristo.
La palabra “nuevo” dice aún más. Fue pronunciada por primera vez en Schönstatt, después que Rusia proclamara la consigna: “Nosotros creamos un hombre nuevo”. El Padre Kentenich formuló, conscientemente y como antítesis de lo anterior, la meta: “Nosotros formamos al hombre que el tiempo actual necesita,al hombre nuevo cristiano, que vence el hoy y el mañana”. No conviene asentar su forma en detalles, porque las exigencias del tiempo cambian, pero debe destacarse por una gran apertura a las inquietudes del tiempo en que vive y por estar preparado para las tareas de esa época.
En Schönstatt, el hombre nuevo siempre ha sido considerado como “hombre comunitario”. La visión orgánica del hombre, quefundamenta la doctrina, nos ha convencido de ello. (…)
El Padre Kentenich no supone fácil esta tarea. En 1948 dice: “Reflexionemos en lo que significa crear hoy día, en este tiempo desintegrado y desarraigado, una nueva imagen del hombre y de la comunidad. Nuevo en un sentido triple, en el campo del mundo, de la Iglesia y de los religiosos. Entonces comprenderemos la suma importancia de laeducación”. La imagen de comunidad que él ve, es “una comunidad lo más perfecta posible a base de personalidades lo más perfectas posible, sostenidas ambas, principalmente, por la fuerza fundamental del amor”.
Mientras que en el Este se “fabrica” un hombre uniforme, masificado, o sea, el hombre colectivista, los afanes del Padre Kentenich se dirigían la formación de la personalidad consciente de sumisión y dispuesta al combate, dentro del organismo de una comunidad. El hombre nuevo y la comunidad nueva, según su concepción, son inseparables.
El Padre Kentenich precisó ese objetivo de manera más concreta diciendo:
“El hombre nuevo, mariano, consciente de su misión, universalmente apostólico, incorporado a la comunidad nueva y perfecta, orientado hacia las nueva playas de los tiempos futuros”.
Yen una formulación más breve: “El hombre mariano, apostólico y comunitario”.

(…)

El fin de la misión en desarrollo (páginas 227 a 233)

La conferencia de fundación formuló la meta en forma de un modesto deseo: “Quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación, en un lugar de gracia para nuestra casa y toda la provincia alemana, tal vez para más allá”. En 1915 se enteraron losestudiantes de Schönstatt de que el Padre Rem, S.J., en otro tiempo había fundado en Ingolstadt con sus estudiantes un movimiento mariano. Así declaraban ellos ahora: “Lo que significó Ingolstadt para aquel tiempo, eso debe llegar a ser Schönstatt para nuestro tiempo. De este “paralelo” se desprendió en 1916 la meta: desde Schönstatt debe salir un movimiento religioso moral para la renovación delmundo. Estas palabras valen todavía hoy como expresión permanente de la misión encomendada por Dios a Schönstatt. Solamente la manera de realización fue determinada más concretamente. Motivo para ello fueron los ataques del nacional-socialismo. Cuando sus dirigentes comenzaron a destruir con violencia brutal las comunidades existentes y a eliminar las personalidades en pie, el Padre Kentenich...