Educadora De Valores

por Fabbri, Enrique E. · Comentar
Ante todo se ha de reconocer que un mero conocimiento intelectual sobre los valores no trae como efecto que los jóvenes, que reciben esta enseñanza, la asuman indefectiblemente en la práctica y mucho menos con respecto a los valores que guardan relación directa con la sexualidad. Éstos hay que percibirlos, en primer lugar, dentro de una tradición familiar yescolar que los va internalizando y que con el ejemplo y la palabra introduce y educa a la nueva generación en los misterios de la vida y del amor. Es requisito fundamental que la generación de los adultos ayude a los que vienen a madurar explorando personalmente el gran misterio del amor. Es un craso error creer que si los y las adolescentes adquieren todos los conocimientos referentes al sexo y suspeligros, ya son capaces de escoger con “ciencia y conciencia” lo más acertado.

Hay que ir más allá de las ciencias descriptivas si se quiere descubrir el rostro de la verdad, el encanto insaciable del bien y del obrar moral que tiende a ese logro. Se les ha de proponer con ejemplo y palabra una imagen de varón y mujer que la vean bien vivida en los que hablan y sea así realmente un incentivoatrayente, seductor, enriquecedor para los y las que están haciendo los primeros pasos en el sexo y el amor.

En el conocimiento moral hay dos niveles: la ciencia moral de las normas y el conocimiento de los valores que esas normas señalan y protegen. Por lo tanto, la norma es estimada en cuanto indicadora de los valores. Por eso la norma no es un fin en sí sino un medio indispensable paradefender y promover los valores.

La norma moral la enseñan primordialmente los padres a sus hijos pequeños. Éstos, si son bien educados, van pasando gradualmente de un conocimiento impuesto, generalmente algo resistido por experimentarlo como una arbitraria prohibición a su placer, a un conocimiento teórico-práctico de los valores a los que esas normas apuntan. Pero esto lo ha de contemplarvivido por los adultos íntimos que lo rodean. Y así va logrando el conocimiento estimativo que le permite descubrir y apreciar los valores a los que apuntan esas normas. Cuando los padres y educadores no fallan y viven lo que proponen, las jóvenes generaciones irán descubriendo progresivamente un abanico, cada vez más amplio, de valores y significados por los cuales vale la pena vivir y combatir.El bien moral no lo determina la psicología, nace de la conciencia que reflexiona. Esto no quita que cuanto más sana y madura sea la realidad psicológica de un ser humano, con más facilidad su conciencia descubrirá el bien moral como tal. Y por el ejercicio de su conciencia práctica, alimentada por una correcta educación, el hombre desde su niñez puede ir internalizando el bien moral y las normasque regulan su actuación porque lo ve como un bien de su ser. Es un conocimiento que se va enraizando en su interioridad más profunda y lo va estimulando, animándolo y hasta seduciendo a que responda a lo más grandemente digno y noble que está sembrado en la interioridad más íntima de su ser. Es una inspiración básica hacia lo bueno que invita, no se impone ni violenta su libertad. Esta dinámicaintuitiva hacia lo bueno induce a superar las resistencias de la sensibilidad que se oponen a ese bien y deja en lo más interior del ser un sentimiento de una gran paz. Por supuesto la nueva generación desde pequeña va aprendiendo a interpretar esta experiencia en relación directa con la calidad de la vida moral de las personas íntimas que entornan su crecimiento, sobre todo padres y educadores.Es evidente la importancia que tiene en la formación de la nueva generación la comunicación de conocimientos que enriquezcan su inteligencia y responsabilicen su voluntad, todo dentro de un ambiente cordial que alimente el sano crecimiento de su autoestima. El hombre en su proceso evolutivo ya desde niño ha de ir tomando progresivamente conciencia del lugar que ocupa el bien moral, de querer...