Educar es un riesgo
Para Giussani educar es construir verdaderas personas humanas, en el espacio y entorno cultural donde vive y que llama “tradición”. Más que llenarla de conocimientos, el educador deberá lograr sacar, de ella misma, todo lo que ya contiene y que hay que desarrollar, sin renunciar a ninguna de sus dimensiones constitutivas. Este objetivo es alcanzable enla medida que el educador se inspire a una visión congruente e integral de lo que es el hombre. En el caso de Giussani, la antropología referencial no puede que ser la cristiana, donde el hombre es pensado como “imagen y semejanza” de Dios y, por tanto, proyectado hacia la infinitud. El educador, si quiere ser tal, deberá educar a la luz de esta antropología, sobre todo, con el testimonio de suvida y la transmisión de aquellos valores morales y religiosos que son parte de la tradición. Todo esto, más allá de la cultura que se les quiere imponer. Conducir al educando hacia el descubrimiento de los valores, el ejercicio responsable de la libertad y la vivencia de la persona de Cristo, “camino, verdad y vida”. La pretendida autonomía de la concepción “laicista” de la educación, en elpensamiento de Giussani, se traduciría en alienación y en abdicación continua de toda verdadera iniciativa. Sin alguna hipótesis explicativa unitaria de la realidad y de la vida, la personalidad del joven quedará siempre fragmentaria y sin sentido. Con el pasar del tiempo, en efecto, las consecuencias de tal educación, cuya gravedad queda trágicamente encubierta, serán gravísimas en el carácter de losjóvenes. Y el escepticismo es lo que define la atmósfera del alma del estudiante. La escuela y la familia, axiológicamente neutrales, sólo lograrán perjudicar a los educandos.
b) Educación y cambio de vida. Giussani, a la luz de su larga experiencia de educador, aconseja partir del corazón y conducir, poco a poco, al educando hacia el conocimiento de esa realidad total que lo envuelve,incluyendo la captación del significado de toda la realidad, o sea, la búsqueda de sentido. Hay que partir del corazón humano y regresar a ello. A pesar de los numerosos obstáculos, que hoy se encuentran en el camino, educar es todavía posible si el educador ejerce su “autoritas”, o sea, la capacidad de encarnar lo que el educando busca.
La educación auténtica cambia la vida. Casi milagrosamenteconfiere madurez a la persona y capacidad de juzgar eventos, discernir evangélicamente la presencia de Dios, encontrar con deseo la verdad, alimentar constantemente algún ideal, lograr convicciones profundas y personales y experimentar el “estupor” por la gracia divina que actúa en medio de nosotros. c) Educación con intuiciones. El proyecto educativo del Giussani, sucesivamente, nos propone...
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