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La serie de seis escritos periodísticos que publicados de manera diversa
conocemos como Mi defensa, fue sólo parcialmente recogida como libro en
vida de su autor. La primera edición fue realizada por Luis Montt en 1885,
Tomo III de las Obras Completas. El editor descubre ya impreso el libro, que
ignoraba publicaciones que debían haber formado parte de él. La primerareimpresión del mismo tomo en 1909 por su segundo editor, Belín Sarmiento,
elimina Mi defensa, texto que, sin embargo, había publicado fuera de las Obras
Completas en 1896 en edición ampliada, lo que constituye al parecer un hecho
de dolo. Recién en la segunda reimpresión (1913) del Tomo III, hecha por el
mismo Belín, agregará a la edición de Montt los tres escritos faltantes que
completan laobra: El Escritor en Chile, Vaya un freso…, y El Libelo. El criterio
seguido en esta edición ha sido el de ordenar cronológicamente los seis
escritos. El primero de la serie, publicado cuando tal vez Sarmiento no pensaba
continuar su polémica defensa contra Domingo S. Godoy, es presentado como
prefacio de la obra. La ortografía ha sido modernizada.
Prefacio 1
Vaya un Fresco para Don DomingoGodoy
que ha caminado tanto estos días
Nunca somos tan ridículos por las cualidades que tenemos como por las que afectamos tener.
La más peligrosa ridiculez de los viejos que han sido amados, es olvidarse de que ya no lo son.
Más irremediable es la envidia que el odio.
La Rochefoucault: Máximas.
Me detendré un momento a explicar las circunstancias que han motivado
la enemistad del señordon Domingo Godoy y el origen de esta prevención con
que me persigue; porque aunque él diga lo que quiera, se le trasluce por sobre
las ropas que me aborrece con todas las fuerzas de su alma, lo que es mucho
decir, porque su fuerte es aborrecer. ¡Ha aborrecido a tantos en su vida!
San Juan es una ciudad de casuchas, una aldea, un pobre pueblo. En El
Zonda, periódico que redacté allí yo, y noel señor Domingo S. Godoy, como
han creído algunos aquí, lo he caracterizado bien, según se verá luego, cuando
lo enseñe en la Bolsa. En este cuitado pueblo encontré, a mi regreso de Chile,
al señor Godoy, con un carácter semi-oficial, de Cónsul o qué sé yo qué, con
los barruntos de agente diplomático de primera categoría; con todo el alto tono
y refinamiento de una capital; con sus aires dehombre de corte y con la
pretensión de un galán de treinta años a lo sumo, para cuyo objeto se rasuraba
mañana y tarde a fin de que no apareciesen ciertas porfiadas canas que
habrían probado que era pollo que no se cocía de dos hervores. A esto alude al
atribuirme en sus escritos treinta y seis años de edad, es decir, dos años
menos de los que él tiene, porque siempre hemos pasado por jóvenesde una
misma edad. ¡En la provincia todo pasa! Este mozo, como dicen por allí, hacía
profesión de galantear muchachas, y solía tomar palco por temporadas en las
costillas de una pobre niña, a quien susurraba amoríos. Era el señor Godoy el
tipo de la galantería en aquella provincia, y aunque yo era un pobre diablo, ni
más ni menos como él me pinta, visitamos por largo tiempo en una mismacasa, y según él decía, con el mismo objeto, aunque yo no salgo garante de su
verdad. Apenas me conocía cuando su acreditada tijera me dio una forma
particular y me estampó una filiación que me venía de perlas y daba que reír
grandemente en mi ausencia, en la tertulia a que ambos asistíamos. Yo tuve la
indiscreción, ¡cuán caras me cuestan estas indiscreciones! de llamarle el galán
emplasto, elviejo verde, el brazo izquierdo de Portales; y a esto se añadió,
para mayor confusión mía, decir que era un pobre tonto, muy dado a la
chismografía y a los enredos, y sin duda alguna, palaciego de Santiago, porque
había cosas muy singulares en su conducta y en sus expresiones. . .
—Señor Godoy, le decían alguna vez, ¿por qué no toma sandía?
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El escrito que reproducimos fue publicado en...
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