Efesios
(Iglesia Bíblica Emanuel)
Lección #1: Introducción a la Epístola a los Efesios
I. Introducción
Éfeso era una importante ciudad en la región del
valle de Jonia en Asia Menor, a unas 40 millas de la
ciudad de Esmirna y a orillas del río Caister. El valle
jónico era muy fértil y allí florecieron varias colonias griegas como Pérgamo, Esmirna, Éfeso y Mileto. La
gente de esta región se distinguía por su amabilidad,
sus costumbres refinadas y el gusto por la música, el
baile, los lujos y la vestimenta exquisita. Sin embar‐
go, lo más atractivo de Éfeso era el templo a la diosa
Diana, una de las siete
maravillas del mundo
antiguo. Era un templo
extremadamente suntuo‐
so y enorme (425 pies de
largo por 220 pies de Templo de la diosa Diana
ancho), el cual tomó 200
años en ser construido.
Diana era la diosa de la fertilidad, representada por
una estatua con muchos senos. Parte de los festiva‐
les y ritos en el templo de Éfeso consistían en fiestas
llenas de sensualidad donde
participaban jóvenes vírgenes,
seleccionadas para realizar orgí‐
as y danzas eróticas dedicadas a
la diosa. Podemos imaginarnos el ambiente que rodeaba la vida
de los cristianos de Éfeso. Debí‐
an honrar a Cristo y hacer la
Estatua de Diana
diferencia en medio de una so‐
ciedad plagada de paganismo,
sensualidad y vanidad.
La realidad es que este escenario no es tan diferente
al que vivimos nosotros ahora. Estamos rodeados de
una cultura que también exalta el materialismo, la religiosidad pagana (festivales y fiestas patronales
dedicadas a “santos” pero donde abundan los exce‐
sos y los vicios), y sobre todo una cultura que glorifi‐
ca el sexo fuera del orden de Dios.
En esta carta el apóstol Pablo establecerá la impor‐
tancia de entender lo que es el verdadero cristiano.
Más allá de una religión o profesar una noble causa,
el propósito de Dios es crear a través de Jesucristo una nueva humanidad, que se destaca contra el
fondo oscuro de un mundo individualista y sectario.
II. Inicio de la iglesia cristiana en Éfe‐
so.
Pablo llegó por primera vez a esta ciudad cerca del
año 54 d.C. cuando regresada de Corinto a Jerusalén.
Como era su costumbre, tan pronto llegó, entró a la
sinagoga de la ciudad y allí les predicó a los judíos, pero no predicó a los paganos de la ciudad en esa
ocasión. Pablo tenía prisa de llegar a Jerusalén para
la fiesta de la Pascua, así que se despidió de ellos y
prosiguió su camino (Hch. 18:21). Como había pro‐
metido, en su próximo viaje el apóstol volvió a pasar
por Éfeso y esta vez se quedó allí por espacio de tres
años; fue durante este tiempo que la iglesia fue
establecida.
Cuando Pablo visitó Éfeso por segunda vez encontró allí a varios discípulos que habían oído a Apolos; un
fogoso predicador de la Palabra, que había abrazado
la fe cristiana, pero no conocía algunas doctrinas
importantes, sino solamente el mensaje que predi‐
caba Juan el bautista. Dos discípulos de Pablo: Prisci‐
la y Aquila, lo tomaron aparte y le expusieron más
exactamente el camino de Dios (Hch. 18:24‐27). Allí en Éfeso Pablo encontró también a doce perso‐
nas que eran discípulos de Juan el bautista pero no
conocían acerca de Jesús. A ellos Pablo les expuso el
evangelio de Cristo, se convirtieron y fueron bauti‐
zados. También durante el tiempo en que Pablo
estuvo en la ciudad, Dios hizo maravillas y muchas
señales por medio de él, de tal manera que la Pala‐
bra se esparció por toda la región y así surgió en Éfeso una iglesia poderosa (Hch. 19:11‐17). Poste‐
riormente esta iglesia es mencionada como parte de
las siete iglesias de Asia, en el Apocalipsis de Juan
(Ap. 2:1‐5). Para ese tiempo seguía siendo una iglesia
fiel a la Palabra de Dios y a la sana doctrina, pero
había perdido su pasión y devoción al Señor.
III. Estructura de la carta a los Efesios ...
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