eficacia

LA EFICACIA DEL NUEVO ADMINISTRADOR1



El ingeniero había conocido al “Chino Cateriano” en diciembre de 1984, en el bar del club de la empresa en Arequipa. Armando “chino”Cateriano era entonces el barman del club. Gozaba del aprecio de los supervisores de Minera San Gabriel residentes en Arequipa y de sus esposas, a causa de su carácter alegre y su disposición para atender con rapidez y buengusto los pedidos de tragos y piqueos. El chino, muchacho arequipeño de porte atlético que por entonces tenía 25 años, 5 menos que el ingeniero, era además un excelente conversador. Desde muy joven había trabajado en el club en varias ocupaciones y, a pesar de que sólo había culminado con dificultad la instrucción primaria, el contacto permanente con los supervisores lo había hecho crecer comouna persona de buen trato con quien, sin reparo, se tuteaban hasta las señoras jóvenes.

El chino se sentía orgulloso de ser quien era, y lo demostraba con una amplia sonrisa, camisas blancas bordadas impecables, y una gruesa cadena de oro que hacía juego con su esclava y su anillo, también de oro. Ocasionalmente, el ingeniero – al igual que otros supervisores que se encontraban temporalmente sinsus familias cuando eran destacados a Arequipa – tomaba unas cervezas en el bar al atardecer, después del trabajo. Fueron esos ratos lo que tejieron la amistad entre el ingeniero y el chino. Cuando habían transcurrido tres semanas desde que el ingeniero llegó a Arequipa, el chino ya lo llamaba – a solicitud del mismo – por su nombre de pila.

El ingeniero era un hombre inquieto y emprendedor. Alcabo de seis meses de su llegada, cuando ya su familia estaba reunida con él habitando la casa que la empresa les asignó, empezó a buscar oportunidades para establecer algún negocio que, además de proporcionarle ingresos adicionales, llenara su tiempo libre, abundante en esa latitud, lejos de sus amigos limeños de siempre. El ingeniero se desempeñaba en Minera san Gabriel como diseñador deIngeniería Civil, y tenía inclinaciones hacia la arquitectura y el arte. Como aficionado y conocedor de la buena mesa, pensaba que un buen restaurante o snack-bar – que no encontraba en Arequipa- podría ser el giro acertado de su negocio.

Una tarde, mientras paseaba por la plaza de armas, descubrió un local vacío. Era chico, de unos 40 m2 pero estaba bien ubicado. Averiguó quien era el dueño, lovisitó y decidió alquilarlo. Allí se instalaría el Pufete, el mejor snack-bar de Arequipa. Hasta entonces lo mejor que había en la ciudad no se diferenciaba de una cafetería de barrio. El Pufete, en cambio, tendría dos barras de madera de pino, espejos corridos y equipos de cafetería de acero inoxidable, buena música e iluminación, y estaría decorado en colores alegres y refrescantes. La buena comidaestaba descontada. Las estrellas serían las hamburguesas, las bebidas bien frías, los helados y los postres fríos.

La contratación del chino fue providencial. Varias semanas antes de la apertura del local, el ingeniero lo encontró por la noche cuando paseaba por la plaza de armas. El nuevo administrador del club le había llamado la atención delante de sus clientes en el bar, y el chino,orgulloso, había renunciado al instante. La oportunidad no podía ser mejor para ambos: el chino estrenaría el flamante snack, y el ingeniero contaría con el hombre preciso para atender a la clientela arequipeña.

El chino colaboró en la etapa de acabados del local, y tomó parte de todos los preparativos y detalles para el lanzamiento. Él y el ingeniero ensayaron la preparación de las hamburguesas ylas salsas que las acompañarían. Además, se contrató a un ayudante para que elaborara las preparaciones en la trastienda, y a una simpática chica para que tomara los pedidos de los clientes y además cobrara.

Por fin, se inició la operación. Todos los días por la mañana, el ingeniero se reunía con el chino en el local antes de irse a trabajar y le abría la puerta. El chino se encargaba, junto...