Efraín En La Vega
Mario Carvajal y Victor Hugo Riveros
INDICE
Primer día de vacaciones
El subterráneo
El canto misterioso
El Sopita
Joselote y Cocoliso
Compañeros de aventura
La niña fantasma
Buscando a Segundo
La liberación
De vuelta al colegio
PRIMER DÍA DE VACACIONES
El primer lunes de enero, Efraín fue despertado por su padre.
– ¡A levantarse! Nos vamos a trabajar.
–¡Pero, papá, si todavía está oscuro! –reclamó Efraín mirando la ventana–. ¡Tengo sueño!
–En La Vega comienzan a trabajar cuando todavía es de noche –dijo su padre–. Por esta vez yo
te iré a dejar más temprano porque después debo ir a mi trabajo. Desde mañana te irás solo y
podrás llegar más tarde.
Efraín Garcés y su padre partieron caminando hacia La Vega. El niño no dejaba de pensar en
lasextrañas vacaciones que estaban por comenzar. Acostumbrado a ir todos los años a El Tabo,
este verano se presentaba muy diferente.
A medida que se acercaban a La Vega se escuchaba un ruido que iba aumentando. Efraín se
sorprendió cuando comenzó a ver a esa hora de la mañana varios carretones cargados de frutas
y verduras tirados por esforzados trabajadores. Dieron vuelta a una esquina y seencontraron
con mucha gente que iba y venía en plena actividad. Mujeres y hombres cargaban sacos, daban
órdenes a gritos y Efraín comenzó a sentir intensos olores de frutas y verduras, que se
mezclaban con quesos, pescados y carnes. Pequeños locales, pegados uno al lado del otro,
vendían todo tipo de productos. Habían llegado a La Vega; cruzaron galpones y pasillos llenos
de colores que Efraínnunca había visto, a pesar de vivir tan cerca.
El niño y su padre llegaron a un gran portón de madera con un letrero que decía El Paraíso. Era
el negocio del tío Abelardo.
Cuando se disponían a entrar, un gato gordo cruzó la calle y antes de doblar la esquina miró a
Efraín y le cerró un ojo. Los gatos no le cierran el ojo a las personas, pensó el niño, y salió
corriendo a buscarlo, perohabía desaparecido. El tío Abelardo salió a saludarlos. Era un
hombre delgado, no muy alto, de grandes bigotes y pelo negro. Siempre andaba despeinado y
con una sonrisa de oreja a oreja. Su negocio era un galpón repleto de cajas y grandes canastos
con frutas y verduras.
– ¡Así que vai a estar viniendo pa’cá durante las vacaciones! –le dijo el tío a Efraín, haciéndole
cariño en la cabeza.
–Si poh,tío –respondió Efraín, con tristeza.
–Aquí lo vai a pasar mejor que en la playa. ¡Acuérdate!
Efraín no estaba muy convencido de que La Vega iba a ser más entretenida que El Tabo. Pero
no había otra alternativa. Sus padres, por motivos de trabajo, no iban a salir de Santiago y la
única solución para que no se quedara solo en casa era estar en el negocio de su tío todas las
mañanas.
Su padrese despidió y Efraín se dedicó a mirar a la gente pasar, recorrer el local y observar cada
detalle. Todo era nuevo y extraño. Las cajas y canastos se amontonaban por todos lados. Al
fondo, una puerta conducía a un pequeño baño, y en uno de los rincones había una tapa de
madera en el suelo.
– ¿Para qué es esa tapa? –preguntó Efraín.
–Para bajar al subterráneo –respondió el tío–. Hace muchosaños, la persona que fue dueña del
local dejó un montón de cosas allí y nunca las vino a buscar.
Efraín se quedó pensativo. Siempre le habían atraído los lugares llenos de cosas viejas.
–Tal vez podís encargarte de limpiar y ordenar ese lugar –dijo su tío, sonriendo–; a mí me
serviría mucho para poner más mercadería. ¿Qué te parece si desde mañana lo tomái como un
trabajo hasta que terminís tusvacaciones?
Efraín abrió los ojos entusiasmado y aceptó el encargo de inmediato. Ordenar un subterráneo
repleto de cosas viejas le pareció muy interesante.
EL SUBTERRÁNEO
Al día siguiente, Efraín llegó a La Vega muy temprano.
– ¿Te costó llegar? –le preguntó su tío–. ¿Te viniste solo?
–Sí, y es súper fácil, tío –respondió Efraín –. Yo vivo cerca, en la calle Maruri.
Se puso a...
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