Egipto

¿Quien le pone el cascabel al gato?

Los ratones estaban compungidos. Durante los funerales del “cumiche” (el ratoncito más bello de la gran familia), que había terminado entre las horribles faucesdel felino, no habían ceremonias “de cuerpo presente” porque no había cuerpo, ni cenizas, ni huesos. Tan sólo estaba el catafalco levando con pedazos de queso. — ¡Miseree mei, dómine... (Losratoncitos sabían sus latines).
Un ratoncito menos. El temor estaba junto al duelo. Terminada la doliente ceremonia, el ratón teyte, el roedor güegüense, se hizo seguir por todos los dolientes hacia la salaamplia, hacia el hueco de la pared protegida, y ahí los ratoncitos se declararon en asamblea. — Nos hemos reunidos, dijo el ratón mayor, para buscar la forma de acabar de una vez con el peligro querepresenta el gato en esta casa. No se puede vivir. No podemos estar en esta angustia permanente. Debemos encontrar una forma para acabar con el gato o para evitar sus amenazas.
Un ratón levantó lapatita. — Yo propongo, dijo... que lo ataquemos cuando esté dormido.
— No seas necio, hijo. Para nosotros el gato es un gigante. Y algo más: siempre duerme con un ojo abierto.
— Bebámonos la leche quele ponen hasta que se muera de hambre.
Algunos rieron de la ocurrencia.
— Silencio. Aquí hay cincuenta cabezas que piensan. ¿No se nos ocurre nada? El gato es para nosotros un peligro de muerte. Yavieron cómo terminó el “cumiche”. Lo agarró con una mano y ahí lo tuvo, ora en sus dientes y ora entre sus manos. Lo dejaba ir y lo agarraba. Lo estaba, el maldito, torturándolo. — ¡Abajo el gato! —¡Abajo!, gritaron todos. — Tengo una idea!, dijo uno: todo se arregla fácilmente con un pacto. ¡Pactemos con el gato! — ¡Primero es mejor la muerte”, dijo el güegüe. Los pactos son indecentes yprotervos. ¿Hay otra idea? — Yo tengo una idea. (Todos callaron) Tengo una idea. No podemos soñar con matar a ese gato satánico y malvado. No podemos matarlo. Pero sí podemos evitarlo. (El ratoncito orador...