egipto
El Egiptólogo
ePub r1.1
Rusli 20.09.13
Título original: Champollion l’Égyptien
Christian Jacq, 1987
Traducción: Cristina Rodríguez Fischer
Editor digital: Rusli
ePub base r1.0
ADVERTENCIA
Este libro es una novela, pero tiene la particularidad de haber sido escrito por un egiptólogo para elogiar la memoria del primero ymás genial egiptólogo, Jean-François Champollion (Figeac, 1790-París, 1832). A Champollion se le conoce como el descubridor del significado de los jeroglíficos, pero a menudo olvidamos su obra científica y literaria, que comprende gramática, diccionario, ensayos históricos, reseñas descriptivas, cartas.
De julio de 1828 a diciembre de 1829 Champollion vive los momentos más excepcionales de subreve existencia: él, a quien llamaban El Egipcio, por fin consigue ir a ese Egipto con el que tanto había soñado. La novela de Christian Jacq relata ese viaje extraordinario por su intensidad, sus dramas y sus descubrimientos. El autor da la palabra al mismo Champollion, integrando las frases capitales que pronunció o escribió. La mayor parte de los acontecimientos narrados corresponden a larealidad de los hechos. El papel del novelista ha consistido en recrear un viaje que también fue una peregrinación a las fuentes del espíritu, en amalgamar ciertos personajes y en colmar las lagunas que dejó Champollion en sus escritos.
Aunque el propósito de la novela no es ser fiel, al pie de la letra, a la verdad histórica, sí pretende serlo a Jean-François Champollion, uno de los mayores geniosde todos los tiempos.
PRÓLOGO
El doctor Brousset apuró un vaso de ron. Su cara ensombrecida tenía las facciones descompuestas.
—¿Cuál es su diagnóstico, querido colega?
El doctor Robert se secó la frente con su pañuelo.
—Ataque de gota originado en el estómago, tisis, indicios de apoplejía, parálisis de la médula espinal, enfermedad hepática debida a la absorción de aguasdel Nilo… Champollion va a morir. Esta vez el potro brioso que siempre pedía ración triple ha gastado demasiada energía.
—Un análisis excelente. El organismo está agotado. Su fatigoso viaje, el arte funesto de las tumbas de los faraones, el ardor de su cerebro, las continuas preocupaciones de su espíritu le han calcinado la sangre y están cavando su tumba. Yo añadiría una hipertrofiamiocárdica. No creo que pase de esta noche.
Champollion va a morir.
Zoraida, la niña de ocho años, escondida detrás de una cortina había oído la terrible predicción. Sabía que su padre iba a abandonarla para siempre. Ya se había marchado lejos muchas veces. Sobre todo cuando dejó Francia por ese Oriente misterioso que tanto le gustaba y cuya huella llevaba ella en su nombre.
Desde su vuelta deEgipto, Champollion estaba doliente. Ya no podía soportar París. Sólo pudo dar unos pocos cursos en el Collége de France donde ocupaba la primera cátedra de egiptología creada en el mundo. Repetidos malestares le habían obligado a interrumpir su enseñanza, a ahogar la voz clara y apasionada que hacía resurgir la luz del Antiguo Egipto.
Zoraida no necesitaba la ciencia de los dos médicos que,...
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