Ejecutivo al minuto
del ejecutivo, después de las presentaciones
de rigor, lo primero por
lo que se interesó fue por si mantenía
encuentros regulares con sus
subordinados.
- Sí,los tengo: el miércoles de cada
semana, entre las nueve y las once
de la mañana. Por eso le dije que no
podríamos vernos en ese momento.
- ¿Qué se hace en esas reuniones?
–preguntó el joven.
-Presto atención a cómo mis
empleados examinan y analizan lo
que han realizado durante la semana
anterior, los problemas que
encuentran y lo que aún les queda
pendiente de llevar a término.
Luegoevaluamos los planes y estrategias
para la semana siguiente.
- Las decisiones que toman en esas
reuniones, ¿les responsabilizan
tanto a usted como a su personal?
- Por supuesto –asintió elejecutivo-
. ¿Qué sentido tendrían esos
encuentros si no fuera así?
- Entonces es usted un ejecutivo
que participa en el trabajo de sus
empleados, ¿verdad? –preguntó el
joven.
- En absoluto. No creoen mi participación
en ninguna de las decisiones
que mi personal toma de manera
autónoma.
- Entonces, ¿cuál es el sentido de
las reuniones?
- Ya se lo he dicho –replicó el ejecutivo
algomolesto. Por favor, joven,
no me haga repetir. Es una pérdida
de tiempo para mí y para usted...
Estamos aquí para obtener resultados
–prosiguió-. Nuestro objetivo
primordial es la eficiencia.
- Bien,entonces es usted consciente
de lo importante que es la productividad.
Podríamos decir que
está usted más orientado hacia los
resultados que hacia el personal
–sugirió el joven.
- ¡No! –gritó elejecutivo, sorprendiendo
a su visitante-. Oigo decir
esas cosas demasiado a menudo.
¿Cómo podría obtener resultados si
no fuera gracias a mis colaboradores?
Me preocupo por mi personal y
por losresultados. Ambos caminan
juntos.
Al cabo de unos instantes, prosiguió:
- Ahora, joven, mire esto –el ejecutivo
señaló un rótulo-. Lo tengo
sobre mi mesa para que me recuerde
una gran verdad....
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