Ejercicios Sintaxis
Páginas: 2 (433 palabras)
Publicado: 5 de enero de 2013
SINTAXIS. LA ORACIÓN COMPUESTA
Dado que no quería moverme a ciegas, y como había visto que los nichos próximos al suelo se comunicaban igualmente con el pasadizo, busqué uno que estuviera vacíoy a través de él volví a la cripta para coger una antorcha.
El camino daba vueltas como una escalera de caracol sin peldaños y, después de varios giros, llegué a una estancia en la que encontrémanchas recientes de sangre,
El espanto de ver ante mí el diabólico rostro velloso unido al sonido de la masticación y a mi sentimiento de claustrofobia, me provocó náuseas y tuve que hacer unesfuerzo para no vomitar.
Entonces entró en un estado de languidez, recordó al vizconde que la había invitado a valsear en la Vaubyessard, y cuya barba exhalaba, como los cabellos de Rodolfo, aquelolor a vainilla y a limón; y, maquinalmente, entornó los párpados para respirarlo mejor.
Creyó verlo de frente, en su ventana; después todo se confundió, pasaron unas nubes; le pareció estar aúnbailando un vals, a la luz de las lámparas, en brazos del vizconde, y que León no estaba lejos, que iba a venir...
El deber es sentir lo que es grande, amar lo que es bello, y no aceptar todos losconvencionalismos de la sociedad, con las ignominias que ella nos impone.
Lo único inamovible que resta en esta Península desestructurada son las huellas de los dinosaurios.
Los primitivosanduvieron durante millones de años por los márgenes fluviales hasta que la prolongada oscuridad de ceniza producida por un meteorito los borró del mapa, pero no se extinguieron todos.
Lossupervivientes permanecen hoy sentados en sus despachos de las autonomías y no cesan de darse dentelladas entre ellos para marcar su territorio.
Unos supuestos amigos de Oriol y Ricard dicen que ya habíanatacado antes a mendigos e inmigrantes, que disfrutaban de manera especial meándose en ellos y que grababan las vejaciones en el vídeo del móvil.
Masticamos las palabras como si fueran chicle hasta...
Dado que no quería moverme a ciegas, y como había visto que los nichos próximos al suelo se comunicaban igualmente con el pasadizo, busqué uno que estuviera vacíoy a través de él volví a la cripta para coger una antorcha.
El camino daba vueltas como una escalera de caracol sin peldaños y, después de varios giros, llegué a una estancia en la que encontrémanchas recientes de sangre,
El espanto de ver ante mí el diabólico rostro velloso unido al sonido de la masticación y a mi sentimiento de claustrofobia, me provocó náuseas y tuve que hacer unesfuerzo para no vomitar.
Entonces entró en un estado de languidez, recordó al vizconde que la había invitado a valsear en la Vaubyessard, y cuya barba exhalaba, como los cabellos de Rodolfo, aquelolor a vainilla y a limón; y, maquinalmente, entornó los párpados para respirarlo mejor.
Creyó verlo de frente, en su ventana; después todo se confundió, pasaron unas nubes; le pareció estar aúnbailando un vals, a la luz de las lámparas, en brazos del vizconde, y que León no estaba lejos, que iba a venir...
El deber es sentir lo que es grande, amar lo que es bello, y no aceptar todos losconvencionalismos de la sociedad, con las ignominias que ella nos impone.
Lo único inamovible que resta en esta Península desestructurada son las huellas de los dinosaurios.
Los primitivosanduvieron durante millones de años por los márgenes fluviales hasta que la prolongada oscuridad de ceniza producida por un meteorito los borró del mapa, pero no se extinguieron todos.
Lossupervivientes permanecen hoy sentados en sus despachos de las autonomías y no cesan de darse dentelladas entre ellos para marcar su territorio.
Unos supuestos amigos de Oriol y Ricard dicen que ya habíanatacado antes a mendigos e inmigrantes, que disfrutaban de manera especial meándose en ellos y que grababan las vejaciones en el vídeo del móvil.
Masticamos las palabras como si fueran chicle hasta...
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