El conflicto entre clases sociales antagónicas fue visto como inminente durante el desarrollode la Revolución Industrial, siendo a la vez -a juicio de Marx y Engels- inevitable. El Manifiestodel Partido Comunista desarrolla argumentativamente las reflexiones de los autores sobre elcontexto europeo –segunda mitad s. XVIII y primera del s. XIX-, haciendo hincapié en la necesidady validez de laconfrontación entre dos fuerzas antagónicas; la burguesía, minoría poseedora del poder económico, político y cultural, a la que se opone el Proletariado, la gran mayoría, expoliadadel fruto de su trabajo, y sometida a los primeros. La Revolución de los Proletariados, organizados como clase autoconsciente, unida a la expropiación de los medios de producción burgués, junto con la supresión de suEstado, resolvería el gran y ancestral problema de la economía, la desigualdad,raíz del conflicto social. Hacia 1848, Karl Marx y Federico Engels, dieron vida a una de las obras escritas de corte ideológico con mayor vocación práctica de la historia; El Manifiesto del Partido Comunista. Éste,articula su discurso revolucionario en dos ejes centrales: El primero, titulado Burgueses y Proletarios,persigue desentramar la historia como oposición de fuerzas desiguales y en tensión latente, más o menos explicita, según distintos momentos del desarrollo humano, desde el inicio de la acumulación del excedente agrícola, al interior de sociedades complejas y luego, en las primeras civilizaciones, estructuradas sociopolíticamente en base a un ordenamiento jerárquico como resultado de la acumulación delexcedente y medios de producción, como propiedad de unos pocos, y por ende, concentración odetentación del poder de unos pocos sobre unos muchos. La distorsión entre riqueza de unos –acumulación de los frutos del trabajo-, y pobreza de otros –enajenación de los frutos del trabajo-,sería una constante en el desarrollo de la historia –a excepción del comunismo primitivo, anterior al Neolítico-, yque marcarían los distintos momentos de la historia occidental, desde la oposición entre hombres libres y esclavos –antiguas civilizaciones-; patricios y plebeyos –mundo romano-;señores y siervos –medioevo-; en síntesis, como resumen los autores: opresores y oprimidos. Marx y Engels, continúan el primer capítulo entramando desde los hilos del pasado,el surgimiento de la burguesía, moderno opresorque encarnaría la más sofisticada, yesclavizante forma de dominio, concentrando no solo los medios de producción, sino que asu vez, la producción del obrero y al mismo obrero: el Capital. Asimismo, la burguesía,liberada de las caducas estructuras del antiguo régimen, previamente aseguradas las relaciones de producción, se convierte en clase política hegemónica, monopolizando el Estadorepresentativo y sus instituciones -la superestructura-, como aparato coercitivo y de dominación contra el proletariado. La competencia por el mercado, entre burguesías nacionales o foráneas, es creciente e incesante –los autores metafóricamente aluden al mago que ha invocado conjuros infernales y que se han vuelto incontrolables2-, la sobreproducción lleva aparejada las crisis, y con ellas, la pérdida delafanoso trabajo de los hombres, y por consiguiente, la reducción de sus salarios para mantener a la competitiva industria. Con todo, el obrero no1 Karl Marx & Frederich Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Proyecto Espartaco.
2. Reflexiones sobre el manifiesto. Miguel Ángel Pardo B.solo pierde en vano el fruto de su labor, sino que pauperizado con constantes reduccionesde salario, siendo,en muchos casos, despojado de la industria por su competencia másamenazante, la máquina. Los obreros, proletarios, amenazados por un salario que bordealos costes de su reproducción, se ven forzados a considerar serenamente sus condicionesde existencia y sus relaciones recíprocas3. Comenzarían entonces los movimientosorganizacionales de obreros, proletarios, a despertar su conciencia de clase,...
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