El Árbol
Hablando con una maestra de primaria sobre lo difícil que resulta inculcar a los niños una educación ecológica al mismo tiempo que se trabajan aspectos académicos como la lectura y laescritura, me hizo caer en cuenta que, probablemente, dos aspectos que a primera vista pudiesen parecer polos opuestos, podrían llegar a complementarse de tal manera que los estudiantes entenderían quetodo lo que nos rodea tiene una relación, solo debemos aprender a buscarla.
Algo que nos ayudó bastante fue el entusiasmo de un niño por cualquier tarea que requiera su lado más creativo; entonces,tanto aquella maestra como yo entendimos que si bien era difícil educar, las capacidades creativas, asociativas y retentivas de los niños hacen la labor mucho más fácil; pues son ellos al fin y al caboquienes determinan el éxito o el fracaso de una estrategia. Junto a la maestra decidimos pedirle a cada niño que empezara un pequeño cuaderno de observaciones donde anotara las palabras, las frases olas ideas que escucha a diario en su casa o en algún lugar que perteneciera a su entorno familiar; si bien los niños se mostraron renuentes a todo el asunto de escribir, esta tarea adquirió ciertoatractivo cuando les dimos un cuento casi en código de espías para que lo mantuvieran en secreto y lo leyeran. Les dijimos que cada semana tendríamos media hora de clase para crear unas grandes hojassimilares a las de los árboles y que en ellas anotarían las palabras, las frases o ideas que más les llamaran la atención, entonces, los niños con ese afán que los caracteriza, empezaron a hacer todaclase de preguntas, y nosotros dimos respuesta a todas y cada una de ellas.
Para la tercera semana, con las hojas que ellos habían hecho pegadas a un tronco improvisado por la maestra con cartón pajay tempera café, les dijimos que la próxima semana serían escritores: re- escribirían el cuento que les asignamos, teniendo en cuenta las ideas o palabras de las hojas del árbol que recogieron y...
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