El Éxito Del Fracaso o El Fracaso Del Éxito

El éxito del fracaso o el fracaso del éxito

“Psicoanalizar, Educar y Gobernar son tres profesiones imposibles, en las cuales se está de antemano seguro de que los resultados serán insatisfactorios” (Freud, 1937 “Análisis terminable e interminable”)

Vivimos en una cultura que defiende la posibilidad de “pensar sin pensar”, de hacernos cargo de la totalidadmediante un simple golpe de vista. Tener un buen “ojo clínico” que advierta rápidamente el mal que nos aqueja, que nos permita comprender un problema y tomar una decisión acertada. Se estimula la idea de comprender de golpe y sin esfuerzo las cosas. En esta cultura del “clik” fotográfico, de “la imagen que vale más que mil palabras”, aprender es ir contracorriente, suscita dolor.

Estudiar,aprender exige un esfuerzo. Y ahí, en ese momento, algo hiere nuestro narcisismo. No somos tan rápidos, “no nos entra”, todo ello nos hace envidiar esa supuesta posibilidad de aprender “a la primera y mágicamente”. Aprender cualquier cosa, siempre nos evidencia lo que no sabemos, lo que nos falta. Y nos confronta también con el otro, con lo que creemos que sabe.... El malestar que generan las dudas,el no comprender de inmediato, el no dar con la respuesta ansiada.... remite a un dolor. Soportar el compromiso de implicarse en una actividad y correr el riesgo de fracasar. Asumir la responsabilidad de lo que uno, personalmente, ha puesto en juego.

El “clic” fotográfico, el aprendizaje mágico, ofrece claras ventajas: siempre cabe decir: “¡bah¡ total, apenas le dediqué tiempo”.¿Qué sucede? ¿Por qué queremos saber? O, por el contrario, ¿Cómo se aprende a desinteresarse? ¿Cómo se aprende a no aprender?

Nace un niño y con él las expectativas de unos padres se ponen en acción. Pero estos padres también han de aprender a serlo. Han de atender a ese nuevo ser. Dar significado a sus gritos, “¿Por qué llora?. ¿Tendrá sueño?. Ya comió, no puede tener hambre. ¿Le dolerá labarriga?¿querrá compañía?...” probarán a dar un significado a sus gritos... Difícil tarea esa de no tener la clave acerca de lo que le pasa. Pero también gracias a ese no entender, la madre, el padre prestarán toda su atención, le supondrán algún sentido a su grito, lo escucharán, permitirán que el niño vaya creando un espacio propio, exprese sus demandas. Si esa madre o ese padre sabe todo acercadel niño, si ocupan su lugar ofertándole todas las respuestas, no habrá espacio para que siquiera el niño las elabore como demandas.

El niño que crece ha de comprometerse en su propio crecimiento, -si se lo permitimos-. Por amor, podemos dedicarnos “en cuerpo y alma” a sus deseos. Evitarle que mastique, manejarle los cubiertos, alcanzarle los objetos o proporcionarle múltiples juguetes...Podemos estar con él, noche y día. Ayudarle o hacerle los deberes para que no sienta la desazón de la dificultad, la responsabilidad o el no saber hacerlos,... No negarle nada para que no se sienta solo, sea feliz.

Podemos saciar con alimentos, con presencia, con nuestro saber, decidir, pensar, por él y sobre él. Que no experimente lo doloroso de carecer de algo, de no ser todo -pretensiónde por sí imposible-, pero estaremos matando sus posibilidades de decir algo por sí mismo. Anticiparse a los deseos del otro puede parecer una manifestación de amor, pero estaremos colocando al niño en una situación de riesgo, obstruyendo su capacidad de desear y demandar. El deseo se estructura alrededor de una falta. No se puede desear lo que se tiene. Sólo se puede desear lo que falta. El niñopuede, dócilmente, hacer todo lo que los padres deseen, o bien, puede tener que verse obligado a demandar todo lo opuesto a lo que le trasmiten los padres, si quiere de alguna manera crecer o independizarse de sus padres. En el primer caso será un “pasota”,... En el segundo, un rebelde. “Basta que yo diga blanco para que él diga negro”, “no lo entendemos, nunca le ha faltado nada”... son...