EL ÚLTIMO DRAGON
“No hacer honor a la vejez es demoler la casa en la que hemos de dormir por la noche”
Alphonse Karr
Antaño habitaban en los imponentes templos que dominaban las ciudades, y toda lagente acudía a ellos por consejo, pero con el paso del tiempo los fueron olvidando porque ya no eran “fashion” ya no estaban “in” eran cosa del pasado, y lentamente se fueron convirtiendo en un montónde cuentos… en mitos … en rumores… apenas en un susurro. Sin embargo seguían allí, entre las nubes, por detrás de la luna, en los secretos recovecos de las montañas, esquivando relámpagos, yocultos en las profundidades de los bosques, seguían vigilando atentos los milenarios dragones, quienes se habían dispersado por todo el mundo para seguir su labor de cuidar y evitar toda clase deinjusticias; porque los dragones, lejos de ser pavorosos monstruos, son seres sensibles, inteligentes, sabios, poderosos y sumamente mágicos, cuya naturaleza es la de proteger a todo y todos los que seencuentren a su alrededor.
Ocurrió así que un día estaba el gran dragón Tung-Jen Lung paseando invisble a los ojos de todos por un bosque de bambú, cuando de repente vió a un par de jóvenes en bicicletagritarle a un ancianito que acarreaba una enorme pila de leños.
“¡eh! ¡tú! ¡pedazo de dinosaurio a ver si te vas quitando del camino, que no tenemos tu tiempo”. Sin embargo el ancianito no podía escucharbien y al no hacerse a un lado los jóvenes lo empujaron tirando su leña al río.
El ancianito, adolorido por la caída sólo se limitó a llorar en silencio viendo como el agua se llevaba el trabajo detoda una mañana. Al ver esto el dragón Tung-Jen Lung se deslizó rápidamente por el bosque recogiendo más madera, la apiló junto al anciano, y conviertiéndose en una ráfaga de viento le ayudó aincorporarse, el anicianito bien sabía quién le estaba ayudando, pues recordaba las antiguas leyendas que le habían contado de pequeño sus abuelos, así que le agradeció con una reverencia al gran dragón y...
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