"El último piso" Adolfo Bioy Casares
Adolfo Bioy Casares
La comida sería a las nueve y media, pero me encarecieron que llegara un rato antes, para que me presentaran a los otros invitados.
Llegué apresuradamente,sobre la hora, y, ya en el ascensor, apreté el botón del último piso, donde me dijeron que vivían.
Llamé a la puerta. La abrieron y me hicieron pasar a una sala en la que no había nadie. Al rato entróuna muchacha que parecía asombrada de mi presencia.
-¿Lo conozco? –me preguntó.
-No lo creo –dije-. ¿Aquí viven los señores Roemer?
-¿Los Roemer? -preguntó la muchacha, riendo-. Los Roemer viven enel piso de abajo.
-No me arrepiento de mi error. Me permitió conocerla –aseguré.
-¿No habrá sido deliberado? –inquirió la muchacha, muy divertida.
-Fue una simple casualidad –afirmé.
-Señor…-dijo-. Ni si quiera sé cómo se llama.
-Bioy –le dije-. ¿Y usted?
-Margarita. Señor Bioy, ya que de una manera u otra llegó a mi casa, no me dirá que no, si lo convido a tomar una copita.
-¿Parabrindar por mi error? Me parece muy bien.
Brindamos y conversamos. Pasamos un rato que no olvidaré.
Llegó así un momento en que miré el reloj y exclamé alarmado:
-Tengo que dejarla. Me esperan, paracomer, los Roemer a las nueve y media.
-No seas malo –exclamó.
-No soy malo. ¡Qué más querría que no dejarte nunca!, pero me esperan para comer.
-Bueno, si preferís la comida no insisto. Has de tenermucha hambre.
-No tengo hambre –protesté- pero prometí que llegaría antes de las nueve y media. Los Roemer están esperándome.
-Perfectamente. Corra abajo. No lo retengo aunque le aclaro: no creo quevuelva a verme.
-Volveré –dije-. Le prometo que volveré.
Podría jurar que antes nos habíamos tuteado. Pensé que estaba enojada, pero no tenía tiempo de aclarar nada. Le besé en la frente, solté mismanos de las suyas y corrí abajo.
Llegué a las nueve y treinta al octavo piso. Comí con los Roemer y sus otros invitados. Hablamos de muchas cosas, pero no me pregunten de qué, porque yo sólo...
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