El abogado ¿ocaso del deber?
Paola Andrea Jurado Torres Julián Eduardo Prada
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Revista Estrado Vol. 1 No. 1 (2008)
RESUMEN: El ser humano, antes que profesional, es persona y como tal debe observar las normas morales, el verdadero jurista debe complementar su formación con la ética, a manera de directriz crítica de sus conocimientos teóricos en la práctica profesional. A lo largo desu carrera, el abogado deberá participar en muchos litigios, pero éstos irán más allá de la realidad objetiva, y se trasladarán al orden moral; deberá decidir entre lo correcto en la teoría positiva y lo correcto según su conciencia, y en base a ésta, tomará su decisión. Es por esto que es urgente e imprescindible posicionar la Deontología Jurídica como conector directo entre la ética y lapráctica del Derecho; con el objeto de incorporar sus principios al derecho, más que en el plano teórico, en la práctica integral del mismo, como eje de la formación del abogado en su primigenia finalidad, la justicia. Palabras claves: Deontología Jurídica, abogado, Ética Profesional.
EL ABOGADO, ¿OCASO DEL DEBER?
JULIÁN EDUARDO PRADA URIBE PAOLA ANDREA JURADO TORRES* Alguien teme que existanprofesiones caracterizadas por una inmoralidad intrínseca e inevitable, y que, en tal supuesto, la nuestra fuese la profesión tipo. Paréceme más justo opinar, en contrario, que nuestro oficio es el de más alambicado fundamento moral, si bien reconociendo que ese concepto está vulgarmente prostituido y que los Abogados mismos integran buena parte del vulgo corruptor, por su conducta depravada osimplemente descuidada. (Ossorio, 2006, p. 27) Nuestro oficio ¿Es hacer triunfar a la Justicia o a nuestro cliente?, ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos cegarle? (Iver citado por Ossorio, 2006, p. 31) INTRODUCCIÓN El lenguaje sacó al hombre de su singularidad, de su animalidad congénita y sin rebasar nunca la individualidad lo potenció con la universalidad. El lenguaje marcó la línea divisoria entre lanaturaleza y la transnaturaleza (Botero, 2002, p. 99). No en vano, el ser humano, atraído por su eterno afán de dominio, quiso encerrar la sabiduría del lenguaje en un pequeño libro llamado diccionario. Confinado en esa caja de Pandora yace la penosa inspiración del presente escrito. Justamente allí, sin mayor reparo, se define el término abogado: “1. m. y f. Licenciado o doctor en derecho queejerce profesionalmente la dirección y defensa de las partes en toda clase de procesos o el asesoramiento y consejo jurídico. // 2. m. y f. Intercesor o mediador. // 3. m. y f. Persona habladora, enredadora, parlanchina.” (Subraya fuera del texto original). Es posible que ninguna profesión, como la jurídica, esté sometida a tan fuerte tensión: guiarse por los altos ideales de la justicia y la equidad,y dejarse arrastrar por los más bajos instintos hacia la corrupción y la infamia (Pérez Valera, s.f.). Sin embargo, parece ser que el advocatus, el llamado en auxilio, se ha transformado en un truhán, en un espécimen carente de dignidad y vergüenza. Dolorosamente, el problema no es novedad. En efecto, la mala fama del profesional en Derecho ya existía desde antaño: Platón, el filósofo de laAcademia, dejó consignado en el libro XI de su diálogo Las Leyes (1979, p. 246):
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Estudiantes de noveno semestre de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Recibido: 10 de noviembre de 2008 - Aprobado: 29 de noviembre de 2008.
Prada Uribe, Julián & Jurado Torres, Paola. EL abogado, ¿Ocaso del deber?_______________________________________________________________________________________
Aunque haya un gran número de cosas buenas en la vida humana, la mayor parte de ellas llevan consigo una especie de peste que las corrompen y las infecta. [...] ¿cómo la profesión de abogado puede dejar de ser una profesión honesta? A pesar de eso, yo no sé que mala práctica, disfrazada bajo el estimable nombre de arte, ha desacreditado esta profesión. Se dice que por...
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