El abrazo del rio

El abrazo del río

Recuerdo que eran tiempos de exámenes, horas frente al computador y tremendos libros, mis ojos eran un desastre, mi espalda parecía la de un abuelo. Típicos síntomas de fin desemestre. Los compañeros en la facultad habían perdido el sentido del humor, solo iban y venían con tanta rapidez, no existía tiempo ni para reírse. Quería irme de ese lugar, lejos de la televisión,monitores, los auto buses y el cemento. Me hastié de tanto ruido.

Escape de la exigencia, del rigor, huí despavorido de la obligación que la sociedad impone a mostrarse siempre exitoso y fuerte. Losrecuerdos guiaron mis pasos al río que me cautivo años atrás.

Partí desde Temuco hasta el lado Norte de Caburga, deje atrás la vida de estudiante y deberes de hijo mayor, a mis 22 años necesitabaalgo que me despertara y nutriese el alma.

Cuando baje del bus, pude volver a contemplar ese lugar, el valle abierto, verde y de profunda vegetación, rodeado a mi izquierda por imponentes montañas,cuyas faldas se perdían en el majestuoso lago Cólico, para esta mente joven parecía un lugar paradisíaco y místico. Podía distinguir un suspiro que sin planearlo me surgió de improvisto, sentía haberllegado a casa.

Camine unos minutos hasta llegar al río Allípen para sentarme en una roca cuya parte más alta sobrepasaba el nivel de las aguas, como si hubiese estado esperándome, luego lance elanzuelo en dirección a la corriente y comencé a pescar.

Era una tarde de verano que en estos momentos añoro. En ese instante, en ese tiempo, ¡ah! ese lugar, ¡ah! esos pensamientos, cuando descanserealmente y sentí una paz nunca antes experimentada, una paz como la de un niño que habita en la inocencia, lleno de juegos y de fantasías y luego de dejar pasar mucho agua entre las piernas escucheal río que despacio y mojado cantaba:

“Siente mi abrazo y reposa”

Esas aguas, raudal de vida, también empapaba mi cabeza, limpiando lo que pensaba, entonces y solo hasta entonces, recordé...