EL ACTUAR DEL HOMBRE, UN RESULTADO DE LA PROBABILIDAD Y NO DE LA LIBERTAD.

Páginas: 7 (1547 palabras) Publicado: 3 de marzo de 2014
EL ACTUAR DEL HOMBRE, UN RESULTADO DE LA PROBABILIDAD Y NO DE LA LIBERTAD.
Introducción:
La libre voluntad, contrario a lo que nuestra humanidad ha pensado y se ha atribuido como mayor cualidad es una gran mentira tal como lo afirma Nietzsche. A través del siguiente ensayo tratare de exponer mis ideas sobre el porqué concuerdo con dicho autor, basándome en que nuestros pensamientos y actitudesno son sino meros fenómenos físicos que estriban en una formación cerebral conformada de diferente manera en cada hombre, formación que se va creando en base a ciertos factores, encontrándose entre los más destacados el medio y la genética, la cual además no se encuentra preestablecida desde nuestro nacimiento sino que, como expondré, a lo largo de nuestra vida la probabilidad va creando en cadahombre una personalidad que vuelve sus actos más predecibles.
Inicio las primeras líneas de este ensayo con un ejemplo inspirado del libro “La vida de las abejas” del autor y apicultor Maurice Maeterlinck, que si bien en nada aborda el tema de la libre voluntad puede ser un buen punto de partida, así que si se ha leído dicho texto y se encuentra alguna semejanza con el siguiente ensayo la causaya está expuesta.

El principio acción – reacción en el hombre:
La enjambrazón de las abejas es uno de los fenómenos más extraños que nos ofrece la naturaleza, se da cuando un día, justo en la cúspide de su creación, justo cuando el panal se encuentra repleto de miel y pareciera cobrar sentido el arduo trabajo de meses atrás, la abeja reina se marcha de su gran obra, se va sin más que unconjunto de acompañantes, se va hacia la nada a crear un mundo nuevo, pareciera tan incomprensible, una injusticia de la naturaleza pues por qué ha de poner en la reina la carga de toda una colmena, de miles de abejas, para después, sin más, mandarla a la tempestad y desventuras del exterior.
La respuesta a la anterior pregunta es sencilla, pues siempre que hablamos de actos animales hablamos deinstinto. Instinto decimos y pareciera que se resuelve todo, pero pensamos en el instinto como una programación, como si se tratara de robots y no de animales, cierto es que a menos que lo vivamos no podemos estar del todo seguros sobre si los animales sienten de alguna forma el instintito o si simplemente actúan de una forma programada.
Sin embargo teniendo en cuenta lo anterior imaginémonos por unmomento que somos el ser mas ajeno a lo humano, imaginemos que no sentimos amor, ni frío, ni dolor, que no sentimos atracción sexual, etc. evidentemente que si en dicha condición miráramos al humano tal como el humano ve a las abejas en un principio no comprenderíamos nada o casi nada de su comportamiento, no entenderíamos porqué va a una escuela, ni porqué se agrupa en poblaciones, ni porqué sereúnen en pareja, etc. nos parecería pues la cosa más extraña del universo, pero si como ese ser fuéramos más perspicaces y tomásemos a algunos muchos hombres para abrirles las cabezas (perdón a los ofendidos) y así poder darnos cuenta sobre lo que sucede en su interior cuando por ejemplo abren esos músculos faciales denominados labios y muestran sus dentaduras, nos daríamos cuenta de que dichareacción es producto de la secreción de una sustancia dentro de su cerebro, pero hasta ahí llegaría nuestro entendimiento del sentimiento de la felicidad el cual se reduciría a decir que a “x” acción corresponde “y” reacción, justamente como lo hacemos al tratar de explicar él porque la abeja reina realiza lo que realiza, ¡es su naturaleza! Nos decimos complacidos sin saber a ciencia cierta que sientenuestra apis mellifera al momento en que debe de marcharse.
Claro está que el comportamiento del hombre es de un entendimiento mucho más complejo, muchos de nuestros actos no los tenemos ya predeterminados tal como sucede con la mayoría de las especies, en nosotros no aplica la formula: a “x” acción corresponde “y” reacción de forma generalizada, pero ¿Qué determina que en base a la misma...
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