El Agape
1.1. La cuestión de Dios
El nuevo Papa, Benedicto XVI, comenzó el ejercicio de su enseñanza oficial con la carta encíclica Deus caritas est. Pero hay un aspecto, que debería subrayarse. La encíclica de Benedicto XVI es la primera carta doctrinal también específicamente sobre el amor y la caridad. fundamental, a saber, el amordesinteresado entre los seres humanos sólo puede venir de la fuerza que el amor de Dios nos ofrece. El hecho de que toda caridad entre los seres humanos esté enraizada teocéntricamente, esto es, tenga su fuente en Dios, es, para el Papa, la afirmación central de su primera encíclica.
1.2. Amor: a menudo incomprendido
Me parece muy valiente, pero también urgentemente necesario, que el Papa Benedicto XVIcomenzara tratando de dar una contribución al modo como deberíamos entender adecuadamente el término «amor». Es un término a menudo demasiado forzado y distorsionado, incluso trivializado, en la vida contemporánea. ¿Cómo se enlaza este término con la expresión bíblica «Dios es amor» (1 Jn 4,16)?; ¿cómo podemos relacionar esta expresión de Dios con nuestra propia comprensión del amor? Ésta fue la grancuestión que se planteó el Papa desde el principio de su encíclica. Considerando lo que la industria del entretenimiento describe como «amor» en sus producciones, y lo que se llama amour psysique en el famoso ensayo de Stendhal, uno debe preguntarse si éstos tienen algo que ver con la «virtud teológica» habitualmente mencionada junto con la fe y la esperanza. La noción discutida por el filósofogriego Platón en El banquete, ¿no es una vez más algo totalmente diferente? ¿No hablamos también del «amor» por el vino, la naturaleza y la música? E, inevitablemente, ¿no existe un abismo entre todo esto y la expresión bíblica de que Dios es amor? Desde esta perspectiva de fe, y con su atractivo lenguaje usado en la encíclica, nuestro Papa intenta ante todo acercarse a una comprensión del amor comoalgo dado por Dios y poseído por el hombre. Lo hace de un modo muy sintético, para que cada resumen de sus pensamientos no corra desgraciadamente el riesgo de tergiversarlo. Sin embargo, por suerte, describe en otra parte la complementariedad de eros y agapé: el amor que es egoísta frente el amor que desinteresadamente se entrega a sí mismo.
1.3. Eros y agapé
»Así, en esta encíclica —prosigueBenedicto XVI—, los temas “Dios”, “Cristo” y “Amor” se funden como guía central de la fe cristiana. Quería mostrar la humanidad de la fe, de la que forma parte el eros, el “sí” del hombre a su corporeidad creada por Dios, un “sí” que en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer encuentra su forma enraizada en la creación. Y allí sucede también que el eros se transforma en agapé, que elamor al otro ya no se busca a sí mismo, sino que se transforma en preocupación por el otro, en disposición al sacrificio por él y también en apertura al don de una nueva vida humana. El agapé cristiano, el amor al prójimo en el seguimiento de Cristo no es algo extraño, puesto al lado del eros o incluso contra él; más bien, en el sacrificio de sí mismo que Cristo realizó por el hombre ha encontradouna nueva dimensión que, en la historia del servicio de caridad de los cristianos a los pobres y a los que sufren, se ha desarrollado cada vez más».
La gran estima del Papa por el eros puede sorprender a la gente que está fuera o al margen de la Iglesia. Los no creyentes son los únicos que están contentos de etiquetar a los creyentes cristianos como insensibles y aguafiestas. Dicen que laconcepción cristiana del amor no tiene nada en común con la experiencia de los enfoques contemporáneos sobre la vida amorosa, por lo que sería mejor que no hablaran en absoluto. La expresión cristiana «Dios es amor», es simplemente una fantasía. Incluso quienes están familiarizados con la discusión teológica se rascarán la cabeza leyendo el documento papal, porque la encíclica se opone enérgicamente a...
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