el agua
En última instancia, decían los cabildantes caraqueños, la provincia de Venezuela tenía tanto derecho de crear su propia junta como las provincias españolas. Todas reconocían por rey aFernando VII, pero la Regencia no tenía derecho a ejercer soberanía sobre Venezuela en nombre de aquél. A las 9 de la mañana, Emparan cortó el debate, alegando que era hora de asistir a los oficiosde Semana Santa en la catedral; acompañado del cabildo, cruzó la plaza en medio de una inquieta multitud allí congregada. Al llegar a las puertas del templo se oyeron voces de "¡a Cabildo, aCabildo!". Francisco Salias atajó enérgicamente a Emparan, lo tomó por el brazo y le exigió volver al Cabildo. Al ver este desacato a la primera autoridad civil y militar, los granaderos que formabanla guardia ante el templo aprestaron las armas, pero su jefe, el capitán Luís de Ponte, les ordenó quedarse firmes. Emparan accedió a regresar a la sede del cabildo, al igual que lo hicieron lo...
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