El almanaque humano


El Almanaque Humano



Uno de los recuerdos más aferrados a mi materia gris es José Bejuco, “el Almanaque Humano”, personaje típico, folclórico, panzudo, de caminar firme, pesado (pasosde elefante), rostro y risa, bonachonas, sólo cambiaba de expresión cuando los chicos se burlaban, o alguno le arrojaba tapas o cáscaras de frutas dormidas en el adoquinado, el solo decía: ¿ Por qué mehacen esto?
De estas cualidades que enumero de José, lo más natural y sorprendente, era su aspecto lúdico con el tiempo. En aquellos días dejaba de existir el almanaque Bristol y cualquieralmanaque, porque bastaba preguntarle a él por cualquier fecha: José, que fecha fue hace ocho días, a cómo estamos hoy, a cómo estaremos el segundo lunes, dentro de un mes. José respondía exactamente,sin divagaciones de ninguna clase.
Las personas no oriundas quedaban maravilladas; para nosotros era un hecho cotidiano.
A veces, la galladita de ese entonces, nos íbamos para la Camelia, aembolatar el tiempo; regresábamos tipo 7 p.m., y nos deteníamos un momento al frente del cementerio. ¡Vaya, qué que advenediza fusión de la luz con el oscuro aposento de los muertos!, exclamabaalguno de nosotros. Nos daba el aventón de entrar, tocarle su gaveta gigante de cemento donde dormía plácidamente José “Bejuco”, pero anulábamos ese propósito por temor a despertarlo y a que abriera lapequeña puerta de cemento sin gravados recordatorios, y nos dijera con su voz tierna: Muchachos, por qué me despiertan, no ven que estoy descansando. Seguíamos el camino, y yo pensaba: Tiene razón. Esode alcanzar y pasar el tiempo, es un oficio agotador y tiene derecho a su dormilona y a su siesta cotidiana. Indudablemente, era uno de los personajes folclóricos del pueblito que se respetaba, ytambién maravillados por su oficio singular.
Pasaron muchos años, y nunca olvidé a José, lo recordaba, sobre todo cuando me montaba en el bus Blanco y Negro, ruta 1, rumbo a la UNIVALLE,...