El Alquimista
El muchacho se llamaba Santiago. Llego con su rebaño frente a una vieja iglesia abandonada que el techo ya se había derrumbado hace mucho tiempo. Decidió pasar la noche ahí, hizo que todas las ovejas entrasen por la puerta en ruinas, coloco unas tablas de manera que no puedan huir durante la noche.
Recordó, antes de dormir, que tenia que comenzar a leer libros más gruesos setardaba más en acabarlo y resultaban ser almohadas más confortables. “Hubiera querido dormir mas “pensó. Había tenido el mismo sueño de la semana pasada y otra vez se había despertado antes del final.
Como si hubiera una misteriosa energía uniendo su vida a la de aquellas ovejas y dos años recorrían con el la tierra, en busca de agua y alimentos. Reflexiono un momento y pensó que: era el quien sehabía acostumbrada al horario de las ovejas.
El asunto que le preocupaba no había sido más que uno, la hija del comerciante que vivía en la ciudad adonde llegaría dentro de 4 días. El comerciante era dueño de una tienda de tejidos y le gustaba presenciar siempre el esquileo de las ovejas.
El muchacho se sentó en la acera frente a la tienda y saco un libro de su mochila, no sabia que los pastoresfueran capaces de leer libros, dijo una voz femenina a su lado. Se quedaron conversando más de dos horas. Ella le conto que era hija del comerciante y le hablo de la vida en la aldea. El pastor le hablo de los campos de Andalucía y sobre las últimas novedades que había visto en las ciudades que visito.
Ahora faltaban apenas cuatro días para llegar a la misma aldea. Estaba excitado pero al mismotiempo se sentía inseguro, tal vez la chica ya lo hubiera olvidado. Pero en el fondo de su corazón, sabia que si importaba. Como los viajantes de comercio siempre conocían una ciudad donde había alguien capaz de hacerle olvidar la alegría de viajar libres por el mundo.
Al empezar el día, el pastor puso las ovejas en dirección al sol, Ellas nunca necesitan tomar una decisión, pensó. La única necesidadque las ovejas sentían era la comida. Aunque jamás hubieran leído un solo libro en sus cortas vidas y no conocieran la lengua de los hombres, ellas estaban contentas con su alimento, y eso bastaba. A cambio, ofrecían generosamente su lana. Si decidiese matarlas una por una, ellas solo se darían cuenta cuando casi todo el rebaño hubiese sido exterminado. Porque confían en mi y se olvidaron deconfiar en su propio instinto.
El muchacho comenzó a extrañarse de sus propios pensamientos. Tuvo el mismo sueño pro segunda vez, y le estaba provocando una sensación de rabia hacia sus compañeras, siempre fieles. El calor se prolongaba hasta la noche y durante ese tiempo el tenia que cargar con su abrigo. Pero cuando pensaba en quejarse de su peso, siempre de acordaba de que gracias a él no habíasentido frio por la mañana. El abrigo tenia una finalidad, y el muchacho también.
Sus padres querían que el fuese cura, motivo de orgullo para una simple familia campesina que apenas trabajaba para comer. Pero desde niño soñaba con conocer a Dios y los pecados de los hombres. Una tarde, al visitar a su familia, tomo coraje y le dijo a su padre que no quería ser cura.
Hombres de todo el mundo yapasaron por esta aldea, hijo - dijo su padre-. Pueden tener los cabellos rubios o la piel obscura, pero son iguales a los hombres de nuestra aldea. Pero yo no conozco los castillos de las tierras de donde ellos vienen, replico el muchacho. El padre ya no dijo nada más. Al día siguiente le dio una bolsa con tres antiguas monedas de oro españolas. Compra tu rebaño y recorre el mundo hasta queaprendas que nuestro castillo es el más importante y que nuestras mujeres son las más bellas.
Siempre que le era posible buscaba un camino diferente para recorrer. Nunca había estado en aquella iglesia antes, a pesar de haber pasado tantas veces por allí. Si el dejara que las ovejas lo guiaran, iba a terminar descubriendo mas cosas diferentes, el problemas es que ellas no se dan cuenta de que están...
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