El Amor De Dios
e Instrucciones para los Obreros Médicos Misioneros
por ELENA G. DE WHITE
SECCIÓN I
LA NECESIDAD DEL MUNDO
Multitudes en aflicción *
Cuando Cristo vio las multitudes que se habían reunido alrededor de él, "tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor". Cristo vio la enfermedad, la tristeza, el dolor y ladegradación de las multitudes que se agolpaban a su paso. Le fueron presentadas las necesidades y desgracias de todos los seres humanos. En los encumbrados y los humildes, los más honrados y los más degradados, veía almas que anhelaban las mismas bendiciones que él había venido a traer; almas que necesitaban solamente un conocimiento de su gracia para llegar a ser súbditos de su reino. "Entonces dice a susdiscípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies" (Mateo 9: 36-38).
Hoy existe la misma necesidad. Hacen falta en el mundo obreros que trabajen como Cristo trabajó en favor de los dolientes y pecaminosos. Hay, a la verdad, una multitud que alcanzar. El mundo está lleno de enfermedad, sufrimiento, angustia y pecado. Estálleno de personas que necesitan que se las atienda: los débiles, impotentes, ignorantes, degradados.
En el camino a la destrucción
Muchos de los jóvenes de esta generación, aun en las iglesias, instituciones religiosas y hogares que profesan ser cristianos, están eligiendo la senda que conduce a la 14 destrucción. Por medio de costumbres intemperantes se acarrean enfermedades y por la codicia deobtener dinero para su costumbres pecaminosas caen en prácticas ímprobas. Arruinan su salud y su carácter. Enajenados de Dios, y parias de la sociedad, esos pobres seres consideran que no tienen esperanza para esta vida ni para la venidera. Han quebrantado el corazón de sus padres y los hombres los declaran sin esperanza; pero Dios los mira con compasiva ternura. El comprende todas lascircunstancias que los indujeron a caer bajo la tentación. Constituyen estos seres errantes una clase que exige ser atendida.
Abundan la pobreza y el pecado
Lejos y cerca, no sólo entre los jóvenes sino entre los de cualquier edad, hay almas sumidas en la pobreza, la angustia y el pecado, a quienes abruma un sentimiento de culpabilidad. Es obra de los siervos de Dios buscar estas almas, orar con ellas ypor ellas, y conducirlas paso a paso al Salvador.
Pero los que no reconocen los requerimientos de Dios no son los únicos que están en angustia y necesidad de ayuda. En el mundo actual, donde predominan el egoísmo, la codicia y la opresión, muchos de los verdaderos hijos de Dios están en menester y aflicción. En lugares humildes y miserables, rodeados por la pobreza, enfermedad y culpabilidad,muchos están soportando pacientemente su propia carga de dolor y tratando de consolar a los desesperados y pecadores que los rodean. Muchos de ellos son casi desconocidos de las iglesias y los ministros; pero son luces del Señor que resplandecen en medio de las tinieblas. El Señor los cuida en forma especial e invita a su pueblo a ayudarles a aliviar sus necesidades. Dondequiera que haya una iglesia,debe dedicarse atención especial a buscar esta clase y atenderla. 15
El Trabajo por las clases superiores
Y mientras trabajemos por los pobres, debemos dedicar atención también a los ricos, cuyas almas son igualmente preciosas a la vista de Dios. Cristo obraba en favor de todos los que querían oír su palabra. No buscaba solamente a los publicanos y parias, sino al Fariseo rico y culto, al noblejudío y al gobernante romano. El rico necesita que se trabaje por él con amor y temor de Dios. Con demasiada frecuencia confía en sus riquezas, y no siente su peligro. Los bienes mundanales que el Señor ha confiado a los hombres, son muchas veces una fuente de gran tentación. Miles son inducidos así a prácticas pecaminosas que los confirman en la intemperancia y el vicio.
Entre las miserables...
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