El Amor En Los Tiempos De Colera
Por: Amilcar Ayaviri Saavedra
CAPITULO I
Era un día de pentecostés cuando el doctor Juvenal Urbino muy temprano entroalcuarto de un gran amigo, don Jeremiah de Saint – Amour, que había tomado lamas lamentable de las decisiones, se había encerrado en su cuarto con unsahumerio decianuro de oro quien al lado de su fiel amigo el perro, debierontener un lento fallecimiento. El doctor Juvenal al presenciar aquello, ordeno queno se le realizaraninguna autopsia al comisario ni al estudiante auxiliar que fuesu alumno, puesto que don Jeremiah era uno de los amigos del doctor, y sereunían cada noche para jugar unapartida de ajedrez. El comisario encontró unsobre dirigido al doctor Juvenal, el cual al ser leído por el doctor encontró unosonce pliegos de petición y revelaciónapenas leyó las primeras partes y ordenoque se le entierrase a don jeremiah de la manera mas digna y lo mas prontoposible evadiendo todos los tramites burocráticos.También indicó al comisarioque dijese a la opinión pública y a la prensa que había muerto por muerte natural.El doctor era una de las pocas veces que había de faltara la misa depentecostés, pero lo que tenía que hacer valía la pena, al leer las revelacionesde su amigo Jeremiah, el doctor ordenó a uno de sus sirvientes que lellevara ensu coche a una de las zonas de la ciudad, la mas marginada. Al ir por aquellaszonas, con un carruaje de la época colonial, bien conservada con todos loslujos,algunas pandillas de grupos juveniles estaban tras el carruaje, pero el cocherocon el látigo del los caballos los espantaba. Al llegar a la dirección indicada en e
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