EL AMOR EN TIEMPOS DE COLERA
Alarcón Ordoñez Fredy
EL AMOR EN TIEMPOS DE COLERA
El doctor juvenal Urbino acudió de emergencia a ocuparse de un caso que para el avía dejado de ser urgente hace mucho tiempo atrás. Jeremía de saint-Amour.
Encontró el cadáver con una manta en el catre, en el suelo, amarrado de la pata del catre.
El cuarto sofocante y abrigado, empezaba a iluminarse pero la luz era bastante para reconocerde inmediato la autoridad de la muerte. El doctor juvenal urbino había pensado más de una vez que aquel lugar no era un lugar propicio para morir en gracia de dios.
Un comisario policía se había adelantado con un estudiante de medicina muy joven que hacia prácticas forenses y fueron ellos quienes habían ventilado la habitación y cubierto el cuerpo mientras legaba en doctor.
Agarro el borde dela manta y descubrió el cadáver, estaba desnudo, tieso y torcido, con los ojos abierto y el cuerpo azul.
-pendejo- le dijo -. Ya lo peor avía pasado.
No había que hacer autopsia el olor de la casa era suficiente para determinar la causa de la muerte habían sido las emanaciones del cianuro activado en la cubeta por algún acido de fotografía, y jeremiah sabía mucho de eso para no hacerlo poraccidente.
Luego hablo con el comisario le ordeno que sortearan todas las instancias para que el entierro se hiciera esa misma tarde y con el mayor sigilo. A lo único que no accedió fue a hablar con el arzobispo para que Jeremiah fuera sepultado en tierra santa.
En el escritorio, estaba el tablero de ajedrez con una partida inconclusa, sabía que era la partida de la noche anterior, pues Jeremiah jugabatodas las tardes de la semana y llegaba siempre hasta el final y guardaba siempre las fichas y el tablero.
A las seis de la mañana, cuando hacia la última ronda el sereno había visto el letrero, entre sin tocar y avise a la policía. Registro la casa en busca de alguna evidencia, el comisario descubrió entre los papeles del escritorio un sobre dirigido al doctor juvenal urbino, aparto la cortinanegra de la ventana, echo primero una mirada rápida a los once pliegos escritos y desde que leyó el primer párrafo.
Leyó volviendo varias páginas y cuando termino parecía regresar de muy lejos y de mucho tiempo, tenía en sus labios la misma coloración azul del cadáver, temblando los dedos cuando volvió a doblar la carta y se la guardo.
Él les ordenó levantar una baldosa suelta del piso y allíencontraron una libreta de cuentas muy usada donde estaban las claves para abrir la caja fuerte, había de sobra para los gastos del entierro.
Es la tercera vez que pierdo la misa del domingo donde que tengo uso de razón –Dijo-.pero dios entiende, aunque apenas si podía soportar la ansiedad de compartir con su esposa las confidencias de la carta.
También avisaría Asus compinches de ajedrez y a otrosamigos, pero que tal vez quieran asistir al entierro.
el entierro seria a las cinco, el doctor tenía una rutina fácil de seguir, Se levantaba con los primeros gallos.
A los ochenta y un años conservaba los modales de cuando volvió a parís ,poco de después de la epidemia grande del cólera morbo, desayunaba en familia, almorzaba casi siempre en su casa, luego leía casi una hora y le daba lecciones enfrancés y de canto al loro domestico que desde hacía años era un atracción local. A las cuatro salía a visitar Asus enfermos y seguía atendiéndoles en su casa, como lo hizo siempre.
Todo medicamento era veneno y que el setenta por ciento de los alimentos apresuraban la muerte, el mismo definía como un humanismo fatalista, “cada quien es dueño de su propia muerte, y lo único que podemos hacer, esayudarlo a morir sin miedo ni dolor.
Tenía una jornada tan metódica, que su esposa sabia donde mandarle un recado, para el doctor Urbino fue un encuentro milagroso que el ajedrez le había convertido en una pasión indomable, gracias a él, jeremiah pudo ser lo que fue entre nosotros, el doctor se convirtió en su protector incondicional, sin tomar siquiera el trabajo de averiguar quien era. Por...
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