El Amor N Los
“El hombre ha llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces le procuran muchos sinsabores. Por otra parte, tiene derecho a consolarse con la reflexión de que este desarrollo no se detendrá precisamente en el añode gracia de 1930” [2]
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Foto1. "Mercantilización del amor" ,
Psicoanalistas, artistas, sociólogos y diversos pensadores de la contemporaneidad, coincidimos en cómo la globalización capitalista ha producido una fragmentación sin precedentes de los vínculos sociales. La precariedad, la inestabilidad, incluso la quiebra de los vínculos sociales resulta del modo en que el discursocapitalista promueve el lazo directo del objeto al sujeto, sin pasar por lo Simbólico.
El único destino que nos asigna el dominio de los mercados es el de productores-consumidores. Poco de nuestras vidas escapa hoy a la mercantilización, hasta el punto en que ya se habla de “capitalismo emocional”[3] y de “mercado de los afectos”[4]. Cierto es que la libido que nos habita como sereshablantes ha sido capturada en la producción del capital, y se consume, se gasta, en modos de goce rentables para el capital financiero que son fuente de malestar.
Lacan lo precisó así: “la plusvalía es la causa del deseo con el que una economía hace su principio: el de la producción extensiva de la falta-en gozar. Se acumula por una parte para acrecentar los medios de esta producción a título decapital. Extiende el consumo, por otra parte, sin el que esta producción sería vana, justamente por su inepcia en procurar un goce con el que poder ralentizarse”[5].
El discurso capitalista engaña con la idea de lo posible del hedonismo y de una satisfacción con los plus-de-goce del mercado, apuntando a un “supermercado” del amor y del deseo vía ofertas de inversión y consumo paraproducir vínculos afectivos en una lógica contractual.
En esa perspectiva engañosa, los hombres y las mujeres, con sus cuerpos hablantes y gozantes, se harían objetos de satisfacción para un sujeto, en relación directa e inmediata. Cada uno habría de satisfacer al otro, en igualdad, como objeto. Es la nueva promoción de la idea de “relación personal” sobre la que luego volveremos. En esaexpectativa, el amor, como mediador entre dos, se haría caduco por innecesario. Esto no es así, bien lo sabemos, y los síntomas de los que padecen los sujetos contemporáneos lo prueban en la clínica. Y nunca más que hoy los sujetos claman por el amor, lo buscan desesperadamente y se lamentan de cuanto la precariedad de los vínculos genera nuevas soledades.
El hecho es que el discurso capitalistadeja a cada cual reducido a ser un individuo y un cuerpo, y en consecuencia, o bien el sujeto se conforma con goces autistas, autoeróticos, en un retorno de las pulsiones sobre el cuerpo propio, cortocircuitando lo que falla en el vínculo con los otros, o si no se conforma, que es lo más frecuente, apela al amor. Ya que sólo el amor trasciende la lógica contractual y el cálculo de costes-beneficios,poniendo un límite a la exigencia de goce.
El amor es el gran disidente del discurso capitalista, y que viene a suplir lo que falla, lo que falta en la vida libidinal. El amor viene a paliar que es imposible articular en armonía: el desiderátum libidinal con la pragmática mercantilista. Así, la creciente llamada al amor se contrapone a la pretendida liberación de las pasiones en lalibertad sin trabas al goce propio que predican los ideólogos de nuevo cuño como oferta a celebrar del sistema. Ese anhelo de amor hace emerger que el ser del sujeto de un inconsciente no puede en ningún caso hacerse equivalente a un objeto de goce, sexual o asexuado, y menos aún a los “plus-de-goce” de pacotilla productos de la industria.
El amor, en cualquier época de la historia, en los...
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