el amor
Pero como sucede en infinidad de ocasiones, muchas creencias populares sólo se mantienen a través de hacer constar la presencia de un mito,independientemente de que estemos ante una superstición o ante un clamor de muchos ciudadanos.
El matrimonio es una institución social, y nada tiene en común con el amor, nada,excepto el antagonismo en el que ambos puedan verse inmersos. Ello no elimina la posibilidad, claro está, de que existan parejas que hayan accedido a dicha uniónimpregnados por la esencia del amor. Pero, la justificación de la celebración de dicha convención responde a una especie de impuesto que se paga al cercano círculo social que rodeaa aquellos que acceden a formalizar dicho encuentro. Por lo tanto, sin negar que algunos matrimonios estén basados en el amor, y que este pueda también perdurar mientrasestén casados, hemos de matizar que lo mismo puede suceder sin que nos sometamos a la práctica de ese acuerdo o pacto social.
Por otra parte, no parece sostenerse lahipótesis de que el amor pueda ser fruto del matrimonio. Es un hecho extraño que el proceso del enamoramiento se produzca una vez que la pareja haya contraído matrimonio.Más bien, lo que se produce no es sino una especie de acomodación a una nueva etapa que, poco a poco, va minando le espontaneidad que caracteriza al sentimiento amoroso.
Regístrate para leer el documento completo.