El amor

El reloj.

Durante más de siete años soñó con espíritus que aterrizaban entre sus alas, encomendándole entre sus manos un reloj de arena húmeda, arena que durante varias estaciones solo sirvió paraconstruir castillos a su alrededor.
El plazo vencía, ya sus manos cansadas de guardar en el tiempo una promesa de reencuentro, que sostuvo su espera durante tantas estaciones, entre cintas mudas ydetenidas, que reproducían las esperanzas de ser visitada por ese súper star, que andaba de gira en un norte delirante.
En esa época invernal, todavía seducida entre velos sin sol, sintió el frío,entonces abrió la ventana de sus ritmos, y así pudo escuchar tambores que la invitaban a buscar entre sus huesos, un secreto grito, que le empezaba a susurrar:”es la hora, afuera esta tu tiempo”.
Secansó de esa sala de espera y de encender velas para la señora. Ese día dejó su traje impermeable y los metales, en el umbral de aquella casa de remolienda.
Entre pasos y pasos marcando los compasesde sus melodías, fue tentada a encontrar algo importante…su propio norte.
Canta Leticia.

Entonces halló el camino naranjo: tuvo dos casas color naranja, una perra anaranjada y una primogénitaque entre balbuceos concibió ese color como favorito.
Anduvo varios años haciendo y deshaciendo, como que la visita súper star no era esperada, pero sus huesos naranjos le dijeron años después que yaestaba bueno, le dijeron: “recorriste suficiente la añoranza aquella y es la hora de tu tiempo”.
Entonces halló el camino azul. Anduvo un tiempo largo perpleja, luego confusa, y finalmente cierta porfin: de que el amor llegaba al umbral. Que estaba lista para fundar. Y que ya a lo lejos solamente se escuchaban los rumores de una remolienda ajena.
Su tiempo se hizo azul como el cielo, el mar, yel fondo ensoñado de los ojos de sus hijas. La calidez de un sol interno le entibió los huesos y secó la arena del reloj, luego fluyó su tiempo y empezó a fundar de una vez sus cosas.
Hoy que el...