El análisis musical entre el formalismo y la hermenéutica
Número 1
Enero 2004
EL ANÁLISIS MUSICAL, ENTRE EL FORMALISMO Y LA HERMENÉUTICA
María Nagore
Universidad Complutense de Madrid
Resumen
Ante la difuminación del concepto y/o contenido del análisis musical en algunas tendencias
actuales, se propone un replanteamiento de su estatus, poniendo el acento en su carácter
práctico en los aspectos interdisciplinarios y en la necesidad de un equilibrio entre "texto" y
"contexto" en la práctica analítica.
Hay quien afirma que el análisis musical está en crisis
1
. Sin embargo, aparentemente
experimenta un auge sin precedentes: no hay más que comprobar el gran número de revistas
especializadas dedicadas al tema, a las que habría que añadir las centradas en otros aspectos,
pero con un espacio importante dedicado al trabajo analítico, la abundante bibliografía,
incrementada cada año, los congresos, simposios, encuentros... Pero a nadie se le oculta que
en toda esta exuberancia hay un elemento de alarma: la gran cantidad de escritos acerca del
análisis, planteando y replanteando su estatus, límites, objetivos... Esto es un indicio de que lo
que está en crisis, más que la práctica analítica, es la propia concepción del análisis.
Estas líneas contribuirán a engrosar ese gran apartado de la metateoría, de un modo quizá poco
práctico, pero necesario como reflexión que debe acompañar el trabajo de investigación y enseñanza musicológica que tenemos entre manos.
Cuestiones conceptuales
El análisis musical es una disciplina relativamente reciente
2 que ha experimentado una gran
evolución en el siglo XX, acompañada de una enorme proliferación de teorías, métodos,
técnicas, en algunos casos complementarias, en otros contrapuestas o simplemente diferentes,
que han llegado quizá a difuminar su concepto y/o su contenido.
Ian Bent definía hace poco más de veinte años el análisis musical como "la resolución de una
estructura musical en elementos constitutivos relativamente más sencillos, y la búsqueda de las
funciones de estos elementos en el interior de esa estructura. En este proceso, la "estructura"
puede ser una parte de una obra, una obra entera, un grupo o incluso un repertorio de obras,
procedentes de una tradición escrita u oral" (Bent 1980: 340).
En esta definición puede sorprender hoy el establecimiento de la "estructura musical"
3 como
objeto del análisis, ya que remite a una concepción estructuralista hoy en parte superada. Sin
embargo, a pesar de las asociaciones que la palabra "estructura" puede evocar en nuestra
mente, Bent se esfuerza por ampliar ese concepto. En concreto, al establecer como actividad
central del análisis la comparación, método que permite determinar los elementos estructurales y
descubrir sus funciones, afirma que se trata de un rasgo común a todos los tipos de análisis
musical estilístico, formal, funcional, derivado de la teoría de la recepción, schenkeriano,
semiológico, etc.: una unidad concreta es comparada con otra unidad, ya sea una obra concreta,
la comparación entre dos obras, o entre una obra dada y un "modelo" abstracto como la forma
sonata o un estilo identificado como tal.
A pesar de todo, esta definición nos resulta hoy insuficiente o parcial, puesto que remite a un concepto de análisis concebido como "disección" y determinación de los elementos de un todo,
así como sus relaciones y funciones
4
, es decir, es una concepción vinculada a los
procedimientos empíricos y formalizados propios de las ciencias. El empleo del término "unidad"
es en mi opinión una consecuencia de esa concepción. De hecho, para Bent ...
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