El Ant Nimo De Soledad
Al reflexionar sobre esta desgracia, sentí tristeza, pensé en sus padres, en sus amigos, en la gente que la conoció, en lo que ya no será para ella. Luego recordé que, aunque desventurado, su caso no era singular. Sin mayor esfuerzo, sin necesidad de consultar nada, evoqué a Juana de Arco, Ana Frank, Jeff Bucley, Leandro Valle, AbrahamÁngel, Antonieta Rivas Mercado, Janis Joplin, Brian Jones, Ramón López Velarde, Arthur Rimbaud, Buddy Holly y otros más que, aunque nos abandonaron temprano, están presentes.
Después pensé en otros talentos juveniles que, al crecer, fueron promesas incumplidas. Nombres abundan, mencionarlos no tiene importancia.
Entonces concluí que si bien el sentimiento de pérdida no se conforta, Marina Keegan —aligual que los otros— fue afortunada y nos hizo afortunados: con el poco tiempo que dispuso, logró que la recordáramos por lo que fue y no por lo que quizá hubiera sido. Ella, con lo que legó, nos ayuda a intentar descubrir el antónimo de soledad, de esa, la que duele de veras.
Día a día mueren muchos adolescentes en el mundo. La indiferencia nos hace tenerlos presentes solo como estadística. Sesuman a ese conglomerado llamado anonimato que conlleva nuestro presente, el más comunicado de todos los tiempos. Ellos sí fueron verdaderamente desafortunados.
"Lo contrario a la soledad" de Marina Keegan
No existe una palabra para definir lo contrario a la soledad, pero, si la tuviéramos, la usaría para expresar lo que quiero en mi vida. Lo que estoy agradecida de haber hallado en Yale, y loque tengo miedo de perder al despertar mañana y dejar este lugar.
No es exactamente el amor ni tampoco la comunidad. Es la sensación de que hay gente, mucha gente, que está unida contigo. Que están en tu equipo. Que cuando se paga la cuenta, nadie se levanta de la mesa. Que cuando son las cuatro de la mañana, nadie se va a la cama. La noche aquella de la guitarra. Esa noche que no recordamos.Esa vez que hicimos, fuimos, vimos, reímos, sentimos. Los sombreros que nos pusimos.
Yale está lleno de reducidos círculos que giran alrededor de nosotros. Asociaciones de canto, equipos deportivos, fraternidades, sociedades y clubes. Pequeños espacios que nos hacen sentir amados, seguros y que formamos parte de algo, ya que aun en nuestras noches solitarias en casa trabajando en la computadorasabemos que ahí están, cansados, despiertos. No los tendremos el siguiente año. No viviremos en el mismo conjunto que todos nuestros amigos. No vamos a tener un montón de grupos de estudio. Eso me asusta. Antes que encontrar trabajo, ciudad o a la pareja ideal, tengo miedo de dejar esta urdimbre; esa elusiva e indefinible idea de lo contrario de la soledad. Esto siento ahora.
Pero dejemos una cosaclara: los mejores años de nuestras vidas no han quedado atrás. Ellos son parte de nosotros y de un proceso que se desarrollará en la medida que crecemos y nos movemos en Nueva York o fuera de él, y deseamos vivir o no ahí. Planeo tener fiestas cuando tenga 30 años. Planeo divertirme cuando sea grande. Ese concepto de "los mejores años de nuestra vida" es el resultado de la inseguridad. Del"debería haber hecho... del si hubiera hecho... del ojalá hubiera hecho...".
Por supuesto que hay cosas que hubiéramos deseado hacer: nuevas lecturas, ese chico del salón. Somos nuestros más duros críticos y siempre nos decepcionamos. Por dormir demasiado, por procrastinar, por tomar el camino fácil. Más de una vez he mirado hacia atrás, recuerdo la preparatoria y pienso: ¿Cómo hice eso? ¿Cómo...
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