El Aparapita, De Jaime Saenz

Páginas: 15 (3544 palabras) Publicado: 11 de abril de 2012
EL APARAPITA DE LA PAZ, ENSAYO DE JAIME SAENZ
El tema siempre me sedujo incidiendo sugestivamente en mis apuntes; estos han hallado un camino en la reseña que sigue.
Yo no sabía quién era ese personaje enigmático llamado aparapita cuando pisé por vez primera una bodega hace años. Aún no lo sé con exactitud. Y conste que nadie quiere sacarle punta a lo que no tiene. En realidad, se trata de unhombre insignificante al par que excepcional. Se invalidan las cosas en la proximidad, pierden interés a medida que la perspectiva se reduce y según resulta obvio; es un ejemplo el caso del Illimani, como lo es asimismo el caso del aparapita.
 La palabra es de origen aymará y quiere decir: "el que carga". Pero, ¿quién es el que carga? Valga esta aclaración antes que nada: me propongo responder tansólo de un modo particular y condicionado a mis propias experiencias y observaciones. Al ponderar la imagen del aparapita podrá encontrarse el espíritu de la ciudad en su verdadera significación.
Por lo que se sabe, es el aparapita un indio originario del Altiplano y su raza es la aymara. La fecha de su aparición en la ciudad es algo que nadie ha precisado. Tal vez podría situarse en los alboresde la República. (Aquí convendría notar esto: no me refiero para nada al cargador común y corriente, que también lo hay en la paz y dondequiera que uno fuese. El genio del aparapita corresponde a una individualidad altamente diferenciada.) Su numero es reducido, relativamente; éste se renueva por aquellos individuos que se han desplazado procedentes del Altiplano, así como también por los nacidosen la ciudad. Todos ellos, fatalmente están destinados a perecer en garras del alcohol.
 Es inconcebible la ancianidad en un aparapita: nuestro hombre desprecia la comida y prefiere la bebida, es lo cierto. Cuando come lo hace a la muerte de un obispo y exige un plato que ha de estar repleto de perejil, pues se siente fascinado por el perejil de un modo realmente inexplicable y misterioso.Añádase que el acto de comer le parece una gran indecencia, por cuya razón al mismo tiempo que come se oculta de la gente, poniéndose de cara a la pared. Y la gente lo repudia; no puede con él. Para los curas es un endemoniado, y una oveja descarriada según los evangelistas. Para las viejas es un brujo. Pero según los brujos no lo es. Y según mi abuela, es una criatura de los mundos infiernos. Para unoses una bestia, para otros un animal, y para aquellos un leproso. Los literatos no le han hecho caso y tampoco los poetas; pero alguien por ahí, seguramente, ya sabrá ocuparse de él. Todos lo miran con repugnancia, cuando no con recelo o con asombro. O bien lo miran como si no existiera. Parece ser que los sociólogos no lo mencionan en sus enfoques, así como tampoco lo llevan el apunte losfolkloristas. Además se prohibe gastar pólvora en gallinazo: la atención de los expertos, ya sean nacionales o internacionales, no podría centrarse en tan poca cosa. Se trata de una larva, un fenómeno aislado y en vías de desaparecer, por asimilación del progreso, o quién sabe qué. Necesariamente un ejemplar típico del subdesarrollo, mas en ningún caso un parásito.
La vestimenta surgió con un carácterdeterminativo en mi aproximación al personaje. La ropa que lleva en realidad no existe. Es para quedarse perplejo. El saco ha existido como tal en tiempos pretéritos, ha ido desapareciendo poco a poco, según los remiendos han cundido para conformar un saco, el Verdadero. Los primeros remiendos han recibido algunos otros remiendos; estos a su vez han recibido todavía otros, y estos otros, todavíamuchos otros más, y así, con el fluir del tiempo, ha ido en aumento el peso en relación directa con el espesor de una prenda, tanto más verdadera cuanto más pesada y gruesa. Una noche, me propuse contar los remiendos en un saco que yo guardo. Este tiene un bolsillo interior y debe pesar unas veinte libras. Eran más de ochenta los remiendos cuando me cansé de contarlos, y eso que todavía me...
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