El arca de noe
Tags: Apología, Arqueología bíblica, Biblia, Evidencia científica, Primer Templo
La Biblia y los descubrimientos arqueológicos
Posted on 15 June 2010
La arqueóloga israelí Eilat Mazar ha anunciado un descubrimiento excitante: evidencias de que una fortificación descubierta en Jerusalén fue construida 3.000 años atrás. Basada en los fragmentos de cerámicaque encontró en el sitio, Mazar cree que las fortificaciones fueron construidas por Salomón, tal como lo describe el Antiguo Testamento.
Por supuesto que son noticias interesantes, tanto para judíos como para cristianos, pero hay mucho más. Tal como informó la Associated Press (AP), «si la edad de la fortificación es correcta, los hallazgos indicarían que Jerusalén albergaba un gobierno centralpoderoso que tenían los recursos humanos y económicos necesarios para construir fortificaciones masivas alrededor del siglo 10 aC.»
Esto contradice directamente la visión de algunos eruditos quienes creen que «las monarquías de David y Salomón son principalmente míticas y que en aquellos tiempo no existió ningún gobierno central con semejante poder.»
No es de extrañar que Mazar llame a lasfortificaciones «la construcción más significante que tenemos de los días del Primer templo de Israel.» Estas declaraciones no hacen más que confirmar una larga lista de descubrimientos y evidencias que demuestran la histórica veracidad de la Biblia.
Por supuesto que este tipo de descubrimientos son dignos de ser anunciados y debemos emocionarnos con ellos –aunque debemos ser cuidadosos en no exagerarla noticia. Cada hallazgo arqueológico, histórico o aun científico que apoya las Escrituras es una buena noticia. Ellos nos recuerdan que la Biblia es un registro de personas, lugares y eventos reales. Como bien lo dijo Dorothy L. Sayers, «Jesucristo nació en la historia», no en la mitología.
Viviendo en tiempos en que la veracidad de la Biblia está bajo ataque desde todos los ángulos, taleshallazgos son siempre refrescantes gotas de aliento.
Sin embargo, al mismo tiempo, debemos siempre recordar que la fuente primaria de nuestra fe es la Biblia misma. Es muy importante que tengamos esto en cuenta pues ya ha sucedido muchas veces –y seguramente seguirá sucediendo– que supuestos hallazgos «probaban» que tal o cual persona o pueblo mencionados en la Biblia, en realidad nunca existieron.Muchas veces, estudiosos de las tierras bíblicas han llegado a conclusiones temerarias en cuanto a la no autenticidad de la Biblia partiendo no de algún hallazgo en particular sino de la falta de ellos.
Por ejemplo, durante muchos años, los arqueólogos más renombrados aseguraban que nunca habían existido ciudades llamadas «Sodoma y Gomorra» pues nunca se habían descubierto indicios de esasciudades ni aun indicios que atestiguaran sobre los tiempos y culturas a los que la Biblia se refería cuando mencionaba esas ciudades. Muchos eruditos negaron, obstinadamente, la existencia de esas ciudades hasta que descubrimientos recientes echaron por tierra sus apreciaciones. Hace no mucho tiempo, excavaciones cercanas al Mar Muerto presentaron evidencias de dos ciudades que podrían ser lastristemente famosas Sodoma y Gomorra.
Alegrarnos de los descubrimientos arqueológicos que prueban la existencia de ciudades, personas o eventos de los tiempos bíblicos es algo bueno, pero, como bien dijo el historiador Paul Johnson, «la evidencia confirmatoria de precisión escritural es tan clara que son los escépticos, no los cristianos, los que debe temer a los próximos descubrimientos científicos.»Siempre debemos recordar que la Biblia se fundamenta sobre su propio testimonio, sin tener en cuenta lo que fuentes secundarias confirmen o aparentemente contradigan sus declaraciones.
Si nos apoyamos demasiado en cada descubrimiento que parece apoyar la verdad escritural, corremos el riesgo de construir nuestra fe en un fundamento meno sólido que la Biblia misma y corremos el riesgo de...
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