el arte de comprar zapatillas

El Arte de Comprar Zapatillas

De asfalto, de eso están hechas las empedradas, las doradas avenidas principales, las calles frías, los hirvientes callejones y el piso de las fabulosas tiendas departamentales en la ciudad sin tiempo : son de asfalto, la gran metrópoli es un paraíso reluciente poblado por gigantescos escaparates y glamurosas vitrinas, tras las que se agazapan las mejores marcas,donde se reúnen los más bellos accesorios, en donde los sueños se vuelven reales, Relojes de platino con cristal de zafiro, lujosas carteras y bolsos de piel, estilizados maniquíes con majestuosos vestidos cortos, guantes largos y maxi gafas oscuras, que posan felices en los más hermosos escenarios; Rolex, Cartier, Louis Vuitton, Donna Karan, Versace, Gucci y Armani viven y conviven juntosdentro de aquel sitio privilegiado, el único lugar en este planeta donde una mujer puede sentirse completamente satisfecha, aun mas que después de un orgasmo; ahí eres totalmente dichosa.
Y las calles, ¡Oh, cielos! Las calles de la gran ciudad resulta un verdadero desfile de arte, donde puedes ver cualquier cantidad de pies tropezando subiendo, bajando, escondiéndose, retrocediendo. Pisando. Todosellos engarzados en lo mas divino de nuestra creación; las ZAPATILLAS. Altas. Altísimas, de piel, cerradas, abiertas, de punta y hasta uno que otro zapato deportivo de pésimo gusto, ahí me encontraba yo, avanzando entre la gente, caminando erguida con paso suave pero firme, cubierta por un vestido mini skirt de satín drapeado color champagne; un vestido que, cortado por otras manos jamás hubierapasado de ser un simple trozo de tela, pero que en este caso, gracias al ingenio de la diosa Carolina Herrera, se había transformado en el atuendo más sofisticado jamás ante visto, completado por mis gafas de sol Emanuel Ungaro, mis pequeños aretes Bvlgari, un Santos de Cartier de pulso, la “Mahina” de Louis Vuitton( que costo, tres meses de mi sueldo) y mi calzado favorito, aquellas deliciosaszapatillas Manolo Blhanik adquirisas en Manhattan seis meses atrás, las más entrañables de mi existencia: mis zapatillas de la suerte. Me sentía como tocada por aquel rey que solía convertir las cosas en oro ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, sí! Claro….Christian Lacroix.
Me encontraba justo frente a Padra cuando sonó mi celular, era Giselle:
-Hola?
-Por dios, Becky, dime ¿Cómo puedo saber con exactitudcuando me va a bajar la regla?, La espere ayer, la espere antier, la estuve esperando toda la maldita semana pasada y nada, jamás llego y justo hoy que decidí no usar los jodidos Tampax, precisamente hoy que salí al maldito Starbucks con Mel, tuvo que bajarme ¿Cómo es posible? Que alguien me diga que debo hacer para no vivir al acecho de la menstruación… ¿Hola, hola? Becky ¿Sigues ahí?
- HolaGisselle, buenos días. Si, a mí también me da gusto escuchar tu voz tan temprano, especialmente cuando llamas para narrarme historias de vaginas maleducadas. Gracias.
-¡Oh! Perdón Becky, soy una malvada buja, una malvada y egoísta bruja sureña. ¿Cómo estás? Oigo mucho ruido, ¿Estas en la calle?
- Si, justo frente a Prada. Pero dime ¿Qué sucedió?-¨pregunte mientras husmeaba en la vitrina.
- Estamañana invite a Melanie, mi nueva recepcionista… ya te había hablado de ella ¿No es así? Bueno, da igual; el caso es que la invite a Starbucks, al que está cerca de la oficina, ella pidió un café con caramelo, yo preferí el mío con crema chantillí, y nos sentamos a charlar un minuto. Hablamos de todo: del trabajo, de nuestras familias, de la vida, el amor, y entonces la plática se volvió personal y…¡Ay, Becky! Me odia, jamás podré volver a verla a los ojos….
-Tal parece que será la Medusa perfecta para ti.
-¿Medusa perfecta? ¿Bromeas? Tendré suerte si continua trabajando en la firma para la hora de la comida, maldita sea... Oh no, oh no, acabo de romper el maldito reporte laboral.
-Giselle, cariño. Tranquila, respira profundo..
-Si-
-Reten el aire un momento en tus pulmones…
-Aja
-…...