El arte de la novela
EL ARTE DE
LA NOVELA
Aunque la mayoría de estos textos deban su existencia a distintas
circunstancias precisas, los he concebido todos con la idea de que un día
estarían vinculados unos a otros en un único libro-ensayo, balance de mis
reflexiones sobre el arte de la novela.
(¿Debo acaso señalar que no tengo la más mínima ambición teórica
y que todo este libro no es sinola confesión de un “practicante”? La obra de
cada novelista encierra una visión implícita de la historia de la novela, una
idea de lo que es la novela; ésta es la idea de la novela, inherente a mis
novelas, a la que he procurado dar la palabra.)
“La herencia desprestigiada de Cervantes”1 expone mi concepción
personal de la novela europea y encabeza este “ensayo en siete partes”.
Hace unosaños, una revista neoyorquina, Paris-Review, pidió a
Christian Salmon que me entrevistara sobre mis experiencias prácticas en el
arte de la novela. Dividí la entrevista (que no es la transcripción de una
conversación, sino un diálogo meticulosamente redactado) en dos textos
independientes, el primero de los cuales, “Conversación sobre el arte de la
novela”, pasa a ser la segunda parte de estelibro.
Con ocasión de la nueva edición francesa (Gallimard) de Los
sonámbulos, y deseoso de redescubrir a Broch al público francés, publiqué
en el Nouvel observateur el artículo “El testamento de Los sonámbulos”.
Renuncié a reproducirlo aquí después de que Guy Scarpetta publicara su
excelente Introduction à Hermann Broch. No obstante, al no poder eludir Los
sonámbulos, que en mi historiapersonal de la novela ocupa una posición
preferente, escribí, a guisa de tercera parte, “Notas inspiradas por Los
sonámbulos”, secuencia de reflexiones que pretenden menos analizar esta
obra que decir todo lo que le debo, todo lo que le debemos.
El segundo diálogo, “Conversación sobre el arte de la composición”,
1 Conferencia leída en los Estados Unidos en 1983.
2
es un debate a partirde mis propias novelas sobre los problemas artísticos,
“artesanales”, de la novela, en particular sobre su arquitectura.
“En alguna parte ahí detrás”2 es el resumen de mis reflexiones sobre
las novelas de Kafka.
“Sesenta y siete palabras”3 es el diccionarió de las palabras-clave
que recorren mis novelas, y de las palabras-clave de mi estética de la novela.
En la primavera de l985 recibí elPremio Jerusalén. El padre Marcel
Dubois, dominico, profesor de la Universidad de Jerusalén, leyó el elogio en
inglés con un marcado acento francés; con marcado acento checo, en
francés, leí yo mi discurso de agradecimiento sabiendo ya que constituiría la
última parte de este libro, el punto final de mi reflexión sobre la novela y
Europa. No habría podido leerlo en un ambiente más europeo, máscaluroso,
más querido.
Primera parte - La desprestigiada
herencia de Cervantes
1
En l935, tres años antes de su muerte, Edmund Husserl pronunció, en
Viena y Praga, las célebres conferencias sobre la crisis de la humanidad
europea. El adjetivo “europea” señalaba para él una identidad espiritual que
va más allá de la Europa geográfica (hasta América, por ejemplo) y que nació
2Conferencia leída en Ciudad de México en 1979.
3 “Sesenta y nueve palabras”, publicado por Le Débat (1985), París. Para esta
edición en lengua española, he vuelto a trabajarlo enteramente: supresión de
palabras demasiado alejadas del tema; supresión de palabras relacionadas
únicamente con la lengua francesa; aportación de nuevas palabras.
3
con la antigua filosofía griega. Según él, estafilosofía, por primera vez en la
Historia, comprendió el mundo (el mundo en su conjunto) como un
interrogante que debía ser resuelto. Y se enfrentó con ese interrogante, no
para satisfacer tal o cual necesidad práctica, sino porque la “pasión por el
conocimiento se había adueñado del hombre”.
La crisis de la que Husserl hablaba le parecía tan profunda que se
preguntaba si Europa se...
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