El_asesinato_de_Pit_goras1
Páginas: 790 (197308 palabras)
Publicado: 18 de octubre de 2015
Está a punto de nombrar un sucesor entre sus grandes maestros cuando en su comunidad se
inicia una serie de asesinatos. Cada muerte tiene lugar de un modo más desconcertante e
imprevisible, reflejando tras ellas una mente oscura y poderosa que parece superar a la del
mismísimo Pitágoras.La enigmáticaAriadna y el investigador egipcio Akenón tratarán de
identificar al asesino a la vez que resuelven sus propios sentimientos. Un reto en el que
los fantasmas del pasado se unen a las oscuras amenazas del presente. Un desafío del
que resulta casi imposible salir con vida.En esta novela, en la que gran parte de los hechos
y los personajes son reales, el lector se adentrará en un misterio aparentementeirresoluble. A través de sus páginas descubrirá secretos inéditos y encontrará a los
personajes más inquietantes que haya conocido jamás: el sibarita Glauco, el monstruoso
Bóreas, el vengativo Cilón y, sobre todo, el misterioso desconocido que está utilizando sus
capacidades prodigiosas para sembrar la muerte.
Marcos Chicot
El asesinato de Pitágoras
ePUB v1.0
NitoStrad 20.06.13
Título original:El asesinato de Pitágoras
Autor: marcos Chicot
Fecha de publicación del original: abril 2013
Editor original: NitoStrad
(v1.0) ePub base v2.0
Para Lara, y para todas las personas que a lo largo de la vida
me han hecho sentir su cariño.
Gracias
M 'E'IJIT'ER'R:ÁN'EO, 510 a.C.
Tracios
Celtas
Celtíberos
Celtas
Berebe1·es
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Linios
“Sabrás también que los males que afligena los hombres,
por ellos mismos han sido generados.
En su pequeñez, no comprenden que tienen junto a ellos los mayores bienes.”
Versos Áureos.
Pitágoras
«Ante todo, respétate a ti mismo.»
Versos Áureos.
Pitágoras
P R ÓL OG O
25 de marzo de 510 a. C.
«Aquí se encuentra mi sucesor.»
Pitágoras estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, la cabeza inclinada y los ojos cerrados. Se
hallabainmerso en un estado de intensa concentración. Frente a él, seis hombres aguardaban
expectantes.
Había traspasado límites inimaginables, controlaba el espíritu humano y las leyes del cosmos. Ahora su
principal objetivo era que la hermandad que había fundado siguiera desarrollando esas capacidades
cuando él no estuviese.
Inspiró profundamente el aire del templo. Era fresco y olía suavemente amirto, enebro y romero, las
hierbas purificadoras que habían quemado al inicio de aquella reunión extraordinaria.
Sin previo aviso, la firmeza de su ánimo se tambaleó con violencia. Su corazón estuvo un par de
segundos sin latir y tuvo que hacer un esfuerzo titánico para conseguir que no se alterara ninguno de sus
rasgos. Sus discípulos más avanzados se encontraban junto a él, esperando a queemergiera de su
meditación y les hablara. «No deben advertir nada», se dijo alarmado. Compartía con ellos la mayoría de
sus premoniciones, pero no ésta. El presagio era demasiado tenebroso. Lo mortificaba desde hacía
semanas, y seguía sin revelarle ningún detalle.
Exhaló el aire lentamente. La oscura fuerza del presentimiento se había multiplicado al entrar en el
templo; sin embargo, no había ningún otroindicio que hiciera pensar que corrían peligro.
Los seis hombres que tenía enfrente, sentados en semicírculo y ataviados con sencillas túnicas de
lino, pertenecían al grado más alto de la orden, el de los grandes maestros. A lo largo de los años había
desarrollado hacia ellos un afecto sólido y un profundo orgullo. Sus mentes se contaban entre las más
capaces y evolucionadas de la época, y cadauno había hecho sus propias aportaciones al corpus
pitagórico. No obstante, sólo aquél a quien nombrara sucesor recibiría sus últimas enseñanzas y con ellas
ascendería otro peldaño entre lo humano y lo divino.
Su heredero espiritual, además, podría alcanzar un poder terrenal único en la historia. Sería el dirigente
de las élites pitagóricas, que regían siguiendo los principios morales de su orden...
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