El asunto del artista

El asunto del artista
María Luz Cárdenas

I. Todo artista es un hombre
Luego de las sacudidas que removieron la noción de arte durante el siglo XX, el principal problema con la definición del artista parecería estar centrado en una especie de confusión de interpretación de la célebre afirmación de Beuys según la cual “cada hombre es un artista”. Superficialmente se tiende a pensar que elautor se refiere a que cualquiera puede llegar a ser pintor o escultor del mismo tenor y genio de los grandes de las artes. Pero Leonardo, Velázquez, Rembrandt, Picasso, Goya, Jesús Soto o Vincent Van Gogh —si bien han cambiado la manera rotundamente las formas de percepción del entorno social y visual—, no tienen mucho que ver con ese planteamiento del artista social, militante y participativo queanuncia el autor. Que cada quien pueda ser un artista, no significa tampoco que todo al que se designe o se auto-designe artista, deba tener de inmediato su exposición individual en el principal museo o vender su trabajo en la Feria de Art Bassel Miami. Beuys fue un ácido crítico el sistema del arte y se resistía a que su obra quedara confinada a galerías, museos y páginas culturales de la prensadel espectáculo, de manera que por allí no va su planteamiento discursivo. Pero que cada quien pueda ser un artista, sí significa que todo el mundo posee facultades creativas que deben ser identificadas y desarrolladas para reformular el “corpus” social, participando de él, pero también transformándolo. “La fórmula todo hombre es un artista, que ha suscitado, bastante cólera y continúa siendoincomprendida”, nuevamente expresa Joseph Beuys, “se refiere a la transformación del cuerpo social. Todo hombre puede, e incluso debe, formar parte de esta transformación, pues si aunque sea una sola voz deja de trabajar por la expresión de la plástica social, si aunque sea una sola no participa, ésta deberá esperar demasiado tiempo para volver a participar de la construcción de la sociedad”.En esteasunto se encuentra la clave para la reflexión que deseamos fomentar a través de La roca de crear: ¿de qué hablamos cuando decimos “artista”?, ¿a qué o a quién nos referimos?, porque después de la tan incomprendida y malinterpretada frase, se tiende a soslayar que, aquí, el verdadero aporte es la ampliación del concepto de artista, pero no para incluir la improvisación, la mediocridad o la falta detalento, sino para exigirle al creador un doble papel de productor de nuevos órdenes simbólicos y nuevas formas de conciencia social en la acción. La pregunta permanece: si en alguna medida todos somos artistas, ¿se trata solamente de desearlo o declararlo a gritos? Lo más difícil es construir un proyecto activo y vital que perdure en el tiempo, una obra con el talante de la

audacia y sea elresultado de una energía que permanentemente renovada. Estamos ante un cambio ontológico radical como nunca antes se había planteado en la historia del arte, y es el del derrumbe del pedestal de la consagración y gloria de los artistas en los circuitos estructurados institucionalmente —museos, galerías, revistas, ferias, exposiciones… Cuando Beuys señala que “cada hombre es un artista”, de algunamanera nos advierte también que “cada artista debe ser un hombre (en el sentido de hombre de la polis), un ciudadano comprometido con la transformación de su visión del mundo, su época, su entorno social, su contexto político o su misma comunidad. Ser artista —en nuestra historia y geografía—, salta entonces la tradicional definición artesanal pautada por el ejercicio de un oficio; pasa del talantegenial que opaca a las individualidades al producir formas únicas, siempre nuevas e intempestivas de ver y comprender la realidad, a la militancia de la plástica social y al compromiso de hacer la obra en la creación de la propia historia o su vida cotidiana. En este sentido, la revolución de Beuys abre paso a la insistencia sobre la libertad en el proceso creativo y a la creencia en que el arte...