El burlador de sevilla (y convidado de piedra)

Universidad nacional de Mar del Plata

El Burlador de Sevilla (y convidado de piedra)

La multiplicidad de los signos

Poco se sabe con total certeza de la vida del dramaturgo español Tirso de Molina (Gabriel Téllez), pero su obra ha trascendido influyendo a artistas hasta el presente. Uno de sus textos más revisado por críticos, escritores y directores teatrales es El burladorde Sevilla y convidado de piedra, de 1627, debido a que es la primera formalización literaria del Don Juan. Justamente, nos ocuparemos de la puesta en escena de esta obra realizada en 1988 por la Compañía Nacional de Teatro Clásico de Madrid, bajo la dirección de Adolfo Marsillach, en una coproducción con el Teatro General San Martín de Buenos Aires. Esta versión escénica de la obra de Tirsotuvo una adaptación textual realizada por Carmen Martín Gaite, la cual plantea interesantes modificaciones. Por tanto, hay dos aspectos relevantes a tener en cuenta: la puesta en escena y la reforma del texto.
Mucho se ha escrito sobre la obra y sobre el personaje. Basta señalar para el caso que nos ocupa algunos detalles sobre el segundo: prototipo del libertino impenitente, Don Juan Tenorioes un antihéroe, inversión de todo lo positivo, lo noble y lo heroico, su trasgresión al orden humano y divino lo llevan en la obra a una intensificación acelerada de su degradación moral, que culmina con el asesinato de Don Gonzalo y el desafío abierto al orden sagrado (invitación a cenar), lo cual finaliza con el castigo divino y el descenso al infierno. Su acción conlleva la perturbación delorden humano y su aislamiento social.
Esta renegación social ha sido expresada en la puesta de Marsillach por medio de una utilización particular del color en el vestuario: los trajes son monocromáticos, de color blanco para todos los personajes excepto para aquellos que perturban de alguna forma el orden establecido: Don Juan, pasión, ímpetu, rebeldía, vestirá completamente de rojo, colorfuerte y violento que busca jugar con las asociaciones mentales del espectador (pasión, fuego, sangre –de la desfloración y de muerte-), y su criado, Catalinón, compañero, cómplice y confidente, vestirá también de un color cálido, anaranjado; por último, un ropaje también es distinguido con el color azul, la capa del marqués de la Mota, instrumento de engaño y traición. Es decir, se utiliza elcolor como sistema de signos que comunican al espectador no sólo el aislamiento o distinción de esos seres respecto al orden social, sino también algo acerca del carácter de los mismos.
En cuanto al vestuario hay que señalar también una actualización en su confección, pues los trajes no responden a la moda del siglo XVII, de acuerdo a la fecha de producción de la obra de Tirso, sino a ladel XIX (levita, galera, bastón y capa para los hombres nobles; vestidos con miriñaque para las damas). Los trajes informan, además, sobre la condición social de los personajes: reyes, nobles, criados, pescadores, etc. Esta renovación en el estilo es posible gracias a la ausencia de marcas temporales determinantes en la acción. Ahora bien, la elección de ese estilo particular funciona como guiñohacia espectador, el cual tiene la posibilidad de buscar las causas de la selección esta opción en las vinculaciones buscadas con el barroco (s. XVII) por parte del romanticismo español (s. XIX), las cuales pueden sintetizarse en la figura del Don Juan, recuperada por los segundos como expresión máxima de su intensa defensa de la libertad, la rebeldía religiosa, social y política. Acercamientotemporal que permite mantener sin alteración los conflictos de la acción dramática y recuerda los alcances históricos que ha tenido el tipo del Don Juan.
La escenografía también manifiesta la meditación cuidadosa por parte de sus creadores pues la obra tiene la particularidad de desarrollarse en múltiples espacios y se ha elegido comunicar esta variación por medio de estructuras espaciales...