El cañón Hércules

El cañón Hércules en el Museo Histórico Militar de Canarias.

Ingresó en el Museo Histórico Militar de Canarias el 5 de mayo de 2005, entregado, en calidad de depósito del Museo del Ejército, por el entonces Ministro de Defensa D. José Bono Martínez; el cañón quedó sobre unos durmientes, en el patio del Museo, siendo admiración de propios y extraños, hasta que hace unos días, quedóperfectamente encabalgado en una magnífica cureña, en el Museo de Historia y Antropología de Tenerife, donde participa, por méritos propios en una exposición sobre “LAS SEÑAS DE IDENTIDAD” de Tenerife, en la que el Museo también colabora con una Bandera Inglesa tomada al enemigo el 25 de julio de 1797, con ocasión del ataque de una escuadra inglesa a Santa Cruz, al mando del Contralmirante Horacio Nelson, yahora perfectamente restaurada.
Pero, no era éste el primer viaje que hacía el Hércules a Tenerife, ya que en el siglo XVI, los corsarios piratas e incluso armadas extranjeras se cebaban en el Archipiélago y muchos de sus ataques eran al entonces incipiente puerto de Santa Cruz. Tantos eran los ataques que el Cabildo de Tenerife había solicitado artillería al Rey para defenderse de los continuosataques de piratas y corsarios, porque, aunque entonces, las competencias en materia de defensa correspondían a los Cabildos y a los señores de las islas, las peticiones de artillería se las hacían al Rey; pero cuando el Rey no podía satisfacerlas, se acudía al mercado libre, como ocurrió en este caso.
Tanta era la necesidad que el 22 de abril de 1566, el Cabildo de Tenerife encargó al mercaderJulio Usodimar, avecindado en La Laguna, que estaba preparando un viaje de negocios a Flandes, que comprara en Malinas “una pieza de artillería de culebrina de Flandes de hasta 60 quintales”, pero como no la halló trajo “una muy fornida que pesa 77...”, y ya en enero de 1571 se entregó a Hernando del Hoyo, Alcaide de la fortaleza de Santa Cruz, un cañón grande reforzado y encabalgado, “el Hércules”–entre otras piezas–. El cañón permaneció en la Fortaleza Vieja y a partir de 1577 en el Castillo de San Cristóbal, donde estuvo de dotación más de 300 años, hasta que, junto con otros cañones inútiles, el Comandante de Artillería don Santiago Verdugo, lo remitió en 1876 al Museo de Artillería, hoy Museo del Ejército.
Hacia 1547, el mismo año en que nació Cervantes, el fundidor Remigio de Halut(a quien el emperador Carlos V le concedió el título de fundidor real) recibió el encargo de Maximilien de Bourgogne, marqués de Veere (ciudad de los Países Bajos en la provincia de Zelanda), de fundir un cañón que a más que potente y de mayor alcance que los demás, sirviese para dar lustre a su apellido y a la ciudad de la que era señor, que fuese un relumbrón por el que se recordase su casa enlos siglos venideros. Y cumplió, vaya si cumplió con el encargo.
Su peso de 77 quintales1 da fe de su robustez, podía soportar cargas de más de las 24 libras de pólvora conque se cargaba cualquier cañón de su calibre, lo que unido a sus 3 calibres de más (poco más de medio metro más largo, le permitía batir, desde la muralla de Veere a los enemigos que se aproximasen, antes de que pudiesenllegarle sus tiros.
Y ¿qué decir e su magnificencia?... la pureza de sus líneas y la cantidad y calidad de sus relieves nos hablan, no sólo de los caudales que costó, sino también de la competencia del fundidor y de los artesanos que hicieron los escudos y cincelaron los adornos. A Remigio de Halut se debe, en palabras del Coronel Tous, el diseño del cañón de tres cuerpos y sus proporciones y espesores,que se utilizó con posterioridad durante muchos años; es un adelanto de lo que sería la artillería del siglo XVIII.
La calidad del cañón es tal que en el catálogo del Museo de Artillería de 1908 se dice que esta pieza es una verdadera obra de arte, tal vez la mejor que existe en el Museo. También, el Comandante Arántegui, en sus Apuntes históricos de la Artillería Española en la primera mitad...