El Calculo Egoista
Inmigración y racismo en la España del siglo xxi
Alexánder Sequén-Mónchez
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COLECCIÓN ESTRUCTURAS Y PROCESOS
Serie Ciencias Sociales
© Editorial Trotta, S.A., 2010
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© AlexánderSequén-Mónchez, 2010
ISBN (edición digital epub): 978-84-9879-137-2
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La idea que prevalece en España del racismo ya es creencia, y nos impide molestarnos frente a traspiés como el de George Steiner («Yo intento
fracasar mejor» [El País, 24 de agosto, 2008]). De la nada, confesó a
Juan Cruz, su entrevistador:
Es muy fácil sentarse aquí, en esta habitación, y decir: «¡El racismo eshorrible!» Pero pregúnteme lo mismo si se traslada a vivir a la casa de al
lado una familia jamaicana que tiene seis hijos y escuchan reggae y rock
and roll todo el día. O cuando mi asesor venga a casa y me diga que desde que se mudó a mi lado la familia jamaicana el valor de mi propiedad
ha caído en picado. ¡Pregúnteme entonces!
Mejor no podía fracasar el venerable sabio. Al ilustredescendiente
de familia judía, sólo se le ocurrió asociar inmigración con ruido, progenie extensa y perjuicios económicos. Un par de preguntas: ¿Por qué el
causante de tal desorden ha de ser forzosamente un jamaicano, es decir,
un inmigrante? ¿Por qué el racismo, siendo «horrible», se transfigura
en un argumento razonable, por llamarlo así, cuando amenaza nuestra
comodidad?
Conste que Steiner nomencionó la palabra «negro». Somos nosotros quienes, inconscientemente, coloreamos al inmigrante del ejemplo.
Esto también es racista. Inferimos que la falta de educación y el gusto
por determinada música encajan con los prejuicios elaborados a partir
de otras culturas. Como fuere, alarma que una glosa de este calado sea
dicha por un intelectual de la trayectoria de George Steiner, y que, pararematar, pase desapercibida por la opinión pública española. Lo que
levantó ampollas fue su preferencia del catalán por encima del gallego.
Todavía resuenan los desagravios que denostaron, a cobro revertido,
¡la importancia literaria del hebreo! (Calmar el ego lacerado de un nacionalista es como amaestrar a pellizcos una mosca). La aseveración de
Steiner demuestra que el racismo apenas requieredel menor estímulo
para delatar su doble moral. Si la culta incultura del profesor políglota
hubiese sido consumada por algún homólogo latino, sustituyendo jamaicano por «indio», o por otros de Harvard y Princeton que expresasen lo mismo de los negros, sus cabezas seguirían rodando.
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LOS ESTILOS DEL RACISTA
Confirmando la brillantez a la que nos tiene acostumbrados George
Steiner, antesde su comentario nefasto cuestionó si cultura y humanismo son «enteramente inocentes» o «positivos», porque de ordinario
olvidamos «cuánta salvajada ha existido en las grandes culturas.» No
menciono en balde al autor de Después de Babel. Ya sabemos por qué:
su nombre cristaliza las consecuencias de la persecución nazi. Como
hijo de judíos tiene conciencia de que un racista es el peor de losmonstruos; sin embargo, se permitió mitigar la horribilidad del racismo. ¿Y
el Holocausto? A esta tragedia se trenza la noción, predominante en el
imaginario español, sobre lo que debe considerarse racismo. Preocupa
que pensemos en la obligatoriedad —o peor: en el vencimiento— de la
estética, la técnica, el hálito teatral y los símbolos que definieron a Adolf
Hitler y a su demencial TercerReich, porque, si no se reúnen estos
componentes cualquier suceso o mentalidad, aunque observe el postulado esencial de inferiorizar, someter o exterminar al Otro por impulsos
raciales, podrá conceptuarse como un «brote de violencia», un estallido
intolerante —préstamo psiquiátrico de los «brotes psicóticos»—, los llevados y traídos «casos aislados», incluso una forma de ser muy bruta,
pero...
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